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Catalunya Religió
Vives a Granollers
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Laura Mor –CR Una radiografía crítica, pero arraigada en lo que funciona y genera confianza. Así es el análisis que Joan-Enric Vives hace del momento actual de la Iglesia en Cataluña. El arzobispo de Urgell pide a los católicos "perseverar", "resistir" y tener iniciativa a pesar de las dificultades, y hacer "una Iglesia servidora en la que los pobres sean su radical preferencia".

Ha hablado esta semana en el marco de las charlas arciprestales convocadas en la parroquia de Sant Esteve de Granollers. Vives reconoce que "hay muchos elementos de crisis" en la institución. Desde lo que considera "una legalidad occidental muy contraria al evangelio y a la dignidad de los más pobres", pasando por "una presentación de la Iglesia muy sesgada". También es consciente de "la crisis en la transmisión de la fe" y la falta de vocaciones: "Cada vez somos menos y nos envejecemos". Tiene en cuenta la afectación negativa de la Covid-19 en las comunidades, a las que “la pandemia ha castigado mucho”. Y dice sin tapujos que "en la Iglesia de Cataluña ha habido alguna plegada que nos ha hecho daño a los obispos".

VIVES RECHAZA LA CRÍTICA AL CONCILIO VATICANO II Y DEFIENDE LAS INTUICIONES Y EL SENTIDO DE ESE MOMENTO ECLESIAL

Pero pide tener "una mirada sabia y equilibrada de la Iglesia", comunicarse con los jóvenes y "explicarles la propia experiencia de fe". Junto a las debilidades conocidas y visibles, recuerda los aciertos de una institución que, por discretos y cotidianos, no suelen tener tanto relieve. Entre otros, la realidad de los cristianos perseguidos en América Latina, las religiosas combonianas de Jerusalén que cada día acompañan a unos niños a cruzar en el lado palestino, las hermanas que tienen presencia en Gaza, la acción de Justicia y Paz, de Manos Unidas o de los diversos apostolados y de los programas de los misioneros. "Debemos querer ser como ellos", pide Vives. Y lo hace poniendo el énfasis en el sentido de "permanencia" de estas acciones.

La Iglesia minoritaria y significativa de Ratzinger, también en Cataluña

El arzobispo ha hablado este martes ante un centenar de personas reunidas en el salón de actos de la parroquia. Siguiendo el encargo de los organizadores, ha invitado a la audiencia a "poner esperanza". Y se ha dedicado a desmontar la crítica al Concilio Vaticano II, y a defender las intuiciones y el sentido de ese momento eclesial.

Vives considera “una delicia” la aportación del teólogo Joseph Ratzinger, actual papa emérito, y especialmente al terminar el Concilio. El entonces cardenal anunció que la Iglesia sería "minoritaria pero significativa", que perdería adeptos y privilegios, facilitaría la adhesión libre y voluntaria de sus miembros y promovería formas ministeriales nuevas.

Para el arzobispo de Urgell esta Iglesia “significativa” se ve hoy “en Cataluña, en este país secularizado”, en un “avalancha de fundaciones” e iniciativas. Desde la Escolanía de Montserrat, la propia construcción de la Sagrada Familia, los esplais, la escuela de iniciativa social, la Unión de Religiosos de Cataluña o, incluso, los 80 seminaristas que tiene la Iglesia en este momento : “Es poco, pero son 80 milagros con los que está cayendo”, apunta.

"EN CATALUÑA NO HEMOS CONSEGUIDO OBTENER LA REGIÓN ECLESIÁSTICA QUE QUERÍAMOS, A PESAR DE QUE SE HAN HECHO MUCHOS ESFUERZOS, LA SANTA SEDE NO LO HA HECHO POSIBLE, PERO HAY QUE SALIR ADELANTE Y REALIZAR INICIATIVAS"

Vives sabe de "gente que cree que el Concilio ha sido un error" y acepta que "todas las opiniones son libres". Pero no renuncia al camino que puso en marcha la Iglesia universal y que encontraría una continuidad en nuestro país con el Concilio Provincial Tarraconense hace más de 25 años. Precisamente ha reconocido que la "intuición del sínodo es hacer camino juntos", aunque signifique "hacer camino más lentamente". Y ha hecho notar la importancia también de aplicar sus resoluciones.

"En Cataluña no hemos logrado obtener la región eclesiástica que queríamos, a pesar de que se han hecho muchos esfuerzos, la Santa Sede no lo ha hecho posible". Ante las dificultades, en vez de recogerse, el obispo Vives apuesta por "sacar adelante y hacer iniciativas". La misma tarde de su intervención, todos los obispos de la Conferencia Episcopal Tarraconense celebraban los 10 años de Catalonia Sacra. Una iniciativa conjunta que "divulga y hace catequesis con un patrimonio espléndido de la Iglesia".

En el análisis de la situación eclesial, Vives ha repasado también los relevos que deben llegar al episcopado. En poco tiempo, Gerona, en su vacante; pero también por edad de jubilación, Sant Feliu, Lleida, Terrassa, Barcelona y Urgell. Lo ha hecho con el mismo tono de humor e ironía del resto de la intervención, hablando en primera persona: “Tengo 73, en dos años haré más estorbo que un jarrón chino”.

Una intervención centrada en la actitud, y en la “conversión pastoral” que pide el papa Francisco. Y en la que Vives ha dado algunas claves para hacer ese camino. "Debemos superar tres tendencias negativas: la endogamia, la repetición irreflexiva y el discurso de la derrota". Contra el vacío que genera el inmovilismo, parece que todavía hay obispos en la Iglesia en Catalunya con capacidad para contagiar la esperanza. Y esto hace mover a la gente.

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