Pasar al contenido principal
Por Lluís Serra Llansana .
En Gerasa
El faraón quiere frenar la natalidad de los israelitas (Ex 1,1-2,10). Sabe que pueden convertirse en un pueblo más numeroso y fuerte que el suyo. Decide actuar con habilidad. Comienza con oprimirlos con duros trabajos, pero no se arredran y crecen más en número. Prosigue en ordenar a las parteras hebreas que cuando las mujeres israelitas tengan un niño lo hagan morir. Sólo las niñas pueden quedar con vida. Desobedecen al rey dándole excusas que puedan ser aceptables. Finalmente, manda que todo niño nacido de los hebreos sea echado al Nilo. Un matrimonio de la tribu de Leví incumple la orden. Al ver la hermosura del niño, lo esconde durante tres meses. Sin poderlo ocultar por más tiempo, lo deposita en una cesta de papiro, entre los juncos, a la orilla del río. Su hermana, a distancia, lo vigila para que no le ocurra nada malo.
La hija del faraón baja a bañarse al río. Descubre la cesta. Ve a un niño llorando y se compadece. La hermana del niño le ofrece una nodriza, que resulta ser su madre, para que se lo críe. La hija del faraón le dice: «Toma este niño y criámelo que yo te pagaré.» Cuando el niño ha crecido, es llevado a la hija del faraón, que lo trata como a un hijo. Le da el nombre de Moisés, que significa «salvado de las aguas». Ternura frente al poder del faraón. Vida frente a la orden de muerte. Moisés da un vuelco a la historia y libra a su pueblo de la opresión.
Cuando la existencia se plantea como una lucha de poder, cuando se quiere dominar a los demás a cualquier precio, cuando prevalece el ego sobre el amor… el resultado es la falta de libertad, la opresión y la muerte. Una historia que se repite a lo largo de los siglos. En este caso, el valor de las mujeres se opone a las órdenes sin entrañas. Las nodrizas, la familia, la misma hija del faraón desobedecen el mandato real porque aman y respetan la vida. Si una persona quiere triunfar, a menudo sacrifica el niño o la niña interior en el altar de sus deseos. Aquí comienza su destrucción. Sólo la compasión, la misericordia y la ternura salvan de la muerte. La hija de faraón se mueve por criterios distintos que los de su padre. Nadie puede tener un desarrollo personal profundo y sincero a expensas de los demás.
En clave social se puede afirmar que las políticas que antaño promovía el faraón hoy siguen adoptándose por los regímenes totalitarios o por los sistemas neoliberales. El precio siempre es el mismo: la vida de los demás. En clave interior, el Faraón es la expresión del ego que desea ahogar en sus ansias de poder la ternura del niño que cada uno lleva dentro. Salvarlo de las aguas implica conseguir el predominio de la verdad, del amor y de la libertad. El ego jamás compagina con la inocencia de la infancia, por eso quiere eliminarla. Afortunadamente, aparece la hija del faraón y Moisés es salvado de las aguas.
Grupos

Us ha agradat poder llegir aquest article? Si voleu que en fem més, podeu fer una petita aportació a través de Bizum al número

Donatiu Bizum

o veure altres maneres d'ajudar Catalunya Religió i poder desgravar el donatiu.