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Montse Punsoda –CR "La vida religiosa tiene más sentido que nunca". Fray Eduard Rey es el presidente de la Unión de Religiosos de Cataluña (URC) y, con motivo de la Jornada Mundial para la Vida Consagrada que se celebra cada 2 de febrero, hablamos con él para que nos explique cuál es la situación de los consagrados y consagradas en la actualidad. "La Vida Consagrada es la oportunidad de abrirse a lo diferente", dice.

Fray Eduard es también provincial de los Capuchinos de Cataluña y Baleares desde el 2017. Entró en la orden con 19 años y profesó en 1998. Durante 12 años fue maestro de novicios en Arenys de Mar. En 2019, fue elegido presidente de la URC, un cargo que le ha permitido acercarse a las diferentes congregaciones de vida religiosa, potenciando "un lugar de encuentro y formación compartida" y que finalizará en junio de este año.

¿Qué sentido crees que tiene la Vida Consagrada hoy?

En un momento en que la referencia a Dios se ha olvidado, el sentido de la vida religiosa debe ser el de siempre, poner a Dios en el centro. Y ahora es más urgente que nunca. En un mundo en el que no se puede hablar de Dios, no porque se impide, sino porque este lenguaje es como si se hubiera perdido, la vida religiosa tiene más sentido que nunca. Debe hablar y dar vidas centradas en Dios y en el Evangelio.

"EL MUNDO SE HA QUEDADO CON LA CARCASA Y NO CON EL CORAZÓN DEL MENSAJE CRISTIANO"

¿Qué oportunidades crees que puede encontrar en la sociedad en la actualidad?

La oportunidad más relevante de la vida consagrada hoy es el contraste entre lo que concibe la vida religiosa con lo que se vive en la actualidad, en el que la referencia de Dios se ha perdido. Es decir, en un mundo donde parece que el máximo horizonte son los planes del fin de semana, la vida consagrada debe ofrecer nuevos horizontes, que den sentido a cada momento porque lo hacen eterno, no sólo el fin de semana sino todos los días. No es el mundo que da oportunidades a los religiosos y religiosas, sino que la vida de la Iglesia y, en ella, la vida religiosa es la gran oportunidad que tiene el mundo de abrirse a lo diferente.

¿Y por qué crees que parece tan difícil llegar a la sociedad? ¿Qué falla? ¿Es por los cambios sociales, o bien, no saber transmitir el mensaje?

Vivimos en un mundo que desconcierta a los cristianos, porque se ha heredado muchas cosas del cristianismo, pero a la vez se ha renegado también. Se habla de justicia o de “La América Latina de los pobres”, este lenguaje viene de la Biblia. Conectamos al atender a los más vulnerables, pero cuando vas al núcleo, que para nosotros es el sentido de toda la existencia humana, es decir, la referencia a Dios, el mundo actual parece que no te sigue. Esto nos pone en una situación difícil, y si no tenemos cuidado, acaba siendo poco claro qué es lo que ofrecemos de diferente. Si nos centramos en lo bien que hace Cáritas, o en lo bien que hacen las congregaciones religiosas no está claro que el núcleo auténtico de lo que ofrecemos es otro. El mundo se ha quedado con el armazón, pero no con el corazón del mensaje cristiano. Necesitamos un lenguaje que sea muy claro sobre cuál es el corazón de lo que vivimos, esto es lo que nos falla. El mundo actual no tiene el lenguaje para hablar con ellos de Dios.

¿Y entonces qué fórmula se debe seguir para llegar?

Necesitamos una "reforma". Pero volver a los orígenes en un momento histórico diferente. Ir a las raíces de unas experiencias fuertes de Dios que han vivido nuestros fundadores y hermanos y hermanas nuestras a lo largo de los siglos. Se trata de volver y darlas a conocer, sabiendo que sólo la minoría de aquellos que buscan lo escuchará. Hay que decirlo directamente a las personas que quieren llegar a Dios, y aceptar que quienes no lo busquen no lo entenderán. Si nos dedicamos a hablar de forma que lo entienda todo el mundo, al final dejamos el corazón y núcleo del mensaje escondido, de modo que la vida religiosa pierde su sentido.

En esta línea, el Papa en el Evangelio Gaudium llama a salir, y lo concreta al estar atento y escuchar, en los ámbitos donde estamos deberíamos poner un radar sabiendo detectar quién tiene más hambre y quién menos. Cuando ves que una persona tiene hambre de lo que le estamos ofreciendo, pues ya sabes qué hacer. Y cuando no, no te metas.

¿Los canales como Tik Tok o Instagram son una vía más para poner este radar?

Para mí, el centro está en el contenido. ¡Medios todos los que queramos! Quien quiera con Tik Tok adelante, a mí no me encontrarán oponiéndome, ¡pero tampoco saliendo! Veo por Instagram contenidos de sacerdotes y frailes interesantes y otros menos... El peligro de utilizar las redes sociales es centrarse demasiado en uno mismo. Me hacen sufrir a los curas jóvenes que tanto se exponen. Tienen que tener cuidado de no convertirse ellos en el centro del mensaje. Algunos lo hacen muy bien, y saben relativizarse a sí mismos con gracia, pero otros creo que se centran demasiado en sí mismos, haciendo que el contenido quede vacío del mensaje.

"LOS CAMBIOS NO DEBEN VENIR DE LOS JEFES ORGANIZATIVOS, SINO DE LA VIDA"

El papa Francisco nos habla de “Crear lío”… ¿Qué valor toman aquí los religiosos y religiosas de carisma contemplativo?

La vida religiosa es muy variada y hay muchas formas de salir. Los recibidores de muchos monasterios contemplativos tienen más vida de lo que imaginamos. Gente que pide consejo, consuelo o busca una mano. Es un contacto con el mundo escondido. A menudo, conocen la realidad humana con mayor profundidad y hay mucha más vida a su alrededor, de lo que puede parecer. Lo que les da valor es poner ese núcleo y corazón ante todo sin cosas que lo tapen y, si quieren ser fieles a su vocación, serán discretos con ello. Si creemos realmente en la oración, la oración hará un bien, tanto si la gente es consciente como si no. Éste es el testimonio de la vida contemplativa, que creen en el efecto de la oración, aunque el otro no lo sepa. Aparte del lío y del salimos que hacen los demás está la oración de los contemplativos que misteriosamente les allana el camino.

Ahora los contemplativos están vigentes más que nunca porque en ellos se ve el corazón de todo. Si ha habido un momento decisivo en la historia en que los contemplativos son necesarios es ahora. Porque ellos señalan directamente el núcleo, esa experiencia de Dios. Sin una experiencia de Dios uno no se hace religioso. No existe la convicción de ser objeto de una llamada. En la vida religiosa uno sintoniza con el fundador y con esa forma de vivir.

A pesar de la reducción de muchas congregaciones, se ha dado la creación de nuevas. ¿Crees que ese factor separa? ¿No sería mejor la unión?

Desconfío mucho de cuando el Papa se encuentra con los ministros generales de la familia franciscana que conforman muchas órdenes franciscanas y les dice: “Oh! Así me gusta, haga ecumenismo franciscano”. Luego, salen de allí diciendo: "Nos deberíamos unir en una sola orden". Yo pienso, "¿por qué?". ¿Para poder decir que somos muchos en el mundo? No podemos pensar que para que dos congregaciones se parezcan mucho las podemos unir, porque esto lo que va a hacer es hundirlas. Lo poco que queda lo barreremos.

Aparecen nuevos carismas, pero no quiere decir que suponga la desaparición de los más antiguos. Los cambios no deben venir desde los jefes organizativos, sino de la vida. El dueño de todo esto no somos nosotros, sino nuestro Señor. Además, con la diversidad de carismas se abre el abanico para sintonizar en las distintas congregaciones.

Este año, estamos en pleno camino sinodal. Uno de los valores de la Vida Religiosa es la convivencia con la propia comunidad. Ahora bien, ¿cómo está entre las diferentes congregaciones?

Desde mi punto de vista, lo importante es conocerse, saber que existe confianza y podemos hablar de diferentes temas que nos afectan cuando nos reunimos. Hay comunicación, por ejemplo, en las asambleas cuando comemos vemos el ambiente fluido, y en la reunión de los superiores y provinciales, ya que somos menos, la palabra fluye con confianza mutua y se hace una forma común de ver y valorar los problemas y situaciones. Si miramos el factor intercongregacional desde este punto de vista podemos decir que se ha hecho un buen camino de hace años y del que ya recogemos frutos.

¿Cómo contribuye la URC?

Desde la Unión de Religiosos de Cataluña trabajamos para crear espacios de encuentro por barrios y zonas. Habría que contar más con las delegaciones de Vida Consagrada de los diferentes obispados, y estamos trabajando en ello. Es importante promover el diálogo para garantizar que esta confianza se mantenga y seguir recogiendo frutos. En este sentido, si como presidente de la URC hubiera alguien claramente de vida activa, quizá se harían más proyectos entre congregaciones desde la URC. Los frailes somos más de vida mixta, activa-contemplativa. A mí esta inquietud me cuesta tenerla ya partiendo de la misma tradición franciscana, con el concepto de proyecto creo poco.

“LO PRIMERO QUE DEBEN BUSCAR LOS RELIGIOSOS JÓVENES ES NO QUEMARSE”

¿Tienes en mente algún candidato o candidata especial para la presidencia de la URC?

Cualquiera con su toque personal y su carisma. Sabiendo que su trabajo en la URC será crear relación con los demás. Todos pueden hacerlo bien desde su propio carisma institucional comunitario y con su tono personal.

Este año podría ser una presidenta también... Precisamente, el papa Francisco subrayó el papel de la mujer en la vida religiosa diciendo: ¿Qué sería la Iglesia sin las religiosas y laicas consagradas? No se puede entender la Iglesia sin ellas .” ¿Crees que tienen todo el protagonismo que merecen?

Yo veo dos aspectos. Por un lado, cuesta que se les dé protagonismo que merecen en distintos ámbitos. Sin embargo, por otra parte, si nos fijamos en la historia de la URC sólo ha habido una presidenta, y el cuerpo de electores no es de electores, sino sobre todo de electoras, con lo cual, sorprende porque ya no se votan entre sí. A veces cuesta animar a las religiosas a asumir cargos como la presidencia de la URC, que no es un sitio que te exponga tanto, pero cuesta que se presten en puestos de este tipo. Hay excepciones, por ejemplo en la CONFER, pero por lo general cuesta que de las congregaciones femeninas se animen a ocupar lugares como estos.

Mirando hacia el futuro. En cuanto al papel de los religiosos jóvenes, ¿cómo los ves? ¿Qué rol crees que deben desarrollar?

Lo primero que deben buscar los religiosos jóvenes es no quemarse. Los pocos jóvenes que encuentra la vida religiosa a menudo tienen el peligro de que al día siguiente de terminar la formación les caiga encima una bolsa de responsabilidades por parte de la congregación, ya que quienes lo hacían antes han envejecido. Así, no se les da tiempo de gozar de la vocación, de una manera más directa o de adquirir un rodaje en la pastoral, por ejemplo. Me hace sufrir que acaben cargados con unas responsabilidades que les sobrepasan, porque no hará ningún bien a nadie.

Por otra parte, no es tanto qué papel deben jugar, porque ya juegan más papel del que les correspondería antes de tiempo. Su rol por el futuro de la vida religiosa y por dar frutos, ahora debe ser vivir con plenitud su vocación.

Nos has hablado de volver a las raíces… Precisamente, has tenido un papel destacado en la edición de varios libros con referentes religiosos como fray Cinto Duran o los capuchinos mártires en Cataluña.

Yo he crecido entre libros. Un libro puede descansar durante años en una estantería y un día te puede llamar y sintonizas. Con estos libros yo espero que un día despierten también y llamen a alguien, porque llevan el testimonio de una experiencia y, por tanto, tienen esa capacidad de todo y pasar inadvertidos en un estante, cuando éste llame a alguien querrá decir que esa persona estará preparada para sintonizar con esa experiencia y que le ayudará en lo que busca.

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