Religiosos franceses: “Se ha hablado más de los disturbios que de la muerte de Nahel”

Glòria Barrete –CR Francia ha vivido durante ocho días consecutivos fuertes disturbios en las calles del país. La muerte a tiros de Nahel Merzouk, de diecisiete años, provocada por un policía ha generado imágenes y tertulias sobre la fragmentación del país, el racismo estructural de la sociedad y las tensiones sociales en todas partes. Pasados ​​los disturbios, hemos querido preguntar a dos religiosos franceses que viven en París cómo se ha vivido en las comunidades religiosas la situación y, sobre todo, qué puede ofrecer la Iglesia en un momento de complejidad social como éste.

André Déculty, es hermano marista y miembro del Consejo provincial. Vive en París. Pese a los fuertes disturbios de este 2023 en el país, Déculty cree que el país no está más fragmentado que en el pasado. "Siempre ha habido diferencias sociales, económicas e intelectuales", apunta, y recuerda que en 1789 la Revolución Francesa fue diferente, "pero también más violenta".

Asimismo, Déculty apunta que cuando él era joven en los barrios estaban los blousons noirs, los chaquetas negras que a menudo eran también muy violentos. "Sí que hay desigualdades, sí hay malentendidos, sí hay respuestas incomprendidas o inapropiadas, pero como en el pasado", reconoce el marista.

Franceses por naturalización

Pierre Zanga es religioso claretiano y vive en Francia. Zanga apunta que la realidad de los miembros que componen las comunidades claretianas en Francia, por ejemplo, es que todos son extranjeros, "nadie ha nacido en Francia". Son franceses por naturalización, recuerda. Éste es el reflejo también de la sociedad francesa.

“Los hijos de emigrantes han sido presidentes de la República, primeros ministros, ministros, alcaldes de grandes ciudades. Sin embargo, la situación de integración en Francia reconoce que es “bastante compleja”, y los disturbios por la muerte de Nahel “son la manifestación de esta complejidad”. Zanga denuncia que "se ha hablado más de los disturbios que de la muerte de Nahel".

¿Pero son discriminados en Francia los hijos de inmigrantes? Para Déculty todo depende de dónde se mire. "En Francia en las fachadas de los ayuntamientos figura la palabra igualdad", explica, así que cree que "los hijos de inmigrantes, que suelen ser franceses, tienen los mismos derechos". Sin embargo, individualmente sí cree que hay reflejos racistas, de desconfianza y discriminatorios por parte de algunas personas, pero afirma que no es nada nuevo.

Llamamiento al diálogo y a la paz

Zanga remarca la actitud y dignidad de la madre de Nahel. Para ella, explica, "no era la policía como cuerpo del Estado quien había matado a su hijo, sino un policía individual". La madre entendía la ira de los chicos como su hijo que se manifestaban, pero les pidió calma y que celebraran su funeral con dignidad. "Mientras los políticos y la sociedad se dividían, la familia de Nahel nos dio a todos una lección de humanidad y de dignidad".

Como comunidades claretianas en el país, Zanga afirma que pusieron esta situación en manos de Dios. La Conferencia de los Obispos de Francia dio también a las diócesis una intención de oración para las celebraciones del 1 y 2 de julio en las que se llamaba al diálogo y a la paz.

“Te pedimos, Señor que devuelva la calma y la paz a nuestro país. Te encomendamos Nahel y oramos por su familia. Te encomendamos a los heridos durante estas noches de violencia, y a aquellos a quienes sus hogares y puestos de trabajo han sido dañados o destruidos. Te pedimos por los miembros de las fuerzas del orden, sometidos a grandes presiones y a veces atacados. Te pedimos que, más allá de los actuales destellos, nuestra sociedad sepa identificar con lucidez las fuentes de la violencia y encontrar los medios para superarla”. Ésta era la oración.

Déculty, que también hace referencia como Pierre Zanga a esta oración de los obispos franceses, apunta también que la Iglesia, a través de sus obras y proyectos, su pastoral, “puede y debe transmitir valores humanos, cristianos, para aportar una piedra en la construcción de la sociedad de hoy y de mañana”.