La Jornada Sant Jordi reivindica la escucha en los ámbitos sociales, eclesiales y políticos

GRUP SANT JORDI Ciento cincuenta personas de diversos movimientos de Iglesia se han reunido este domingo en Barcelona con motivo de la Jornada Sant Jordi para reflexionar sobre la escucha. Una actitud que requiere tiempo, confianza y humildad, que ayuda a descubrir su propia vocación y que permite abrirse al sufrimiento del otro. Un reto todavía pendiente en el ámbito social, político y eclesial y que expone a la persona que la practica.

Con el título 'La escucha, el cuidado, la comunidad y la revelación' la jornada ha contado con dos aportaciones destacadas: del religioso camilo José Carlos Bermejo, que es director del Centro de Humanización de la Salud y del Centro Asistencial San Camilo de Tres Cantos, y de la benedictina Maria del Mar Albajar, abadesa del monasterio de San Benito de Montserrat y teóloga.

Bermejo ha apuntado la creación de 34 centros de escucha por parte de los camilos, especializados en acompañar el sufrimiento en el luto y que cuentan con la figura de voluntariado para ejercer este servicio. "Escuchar es un proceso que requiere decisión, apertura, voluntad, atención para abrirse al otro y a la diferencia, a la voz de la conciencia", ha descrito el religioso.

En este sentido, ha dicho que "cuando una persona narra su sufrimiento pisamos tierra sagrada" y que "acogerlo y escucharlo es un arte difícil" que puede generar rechazo. Ha reivindicado la necesidad de disponer de un tiempo para esta "hospitalidad lingüística" para que sea auténtica y no caer en "simular que comprendamos el sufrimiento del otro".

Bermejo ha atribuido funciones terapéuticas a la escucha, además de servir para "confrontar y hacernos corresponsables en las relaciones de ayuda". Y ha recomendado "aprender a escuchar", desde la maestría de otros y con metodologías de supervisión para conseguir "escuchar lo que no se llega a decir". Y también ha alertado del riesgo de "la inevitable fatiga por compasión": "escuchar tiene un precio" y hace que la persona se refleje con su propia humanidad.

La abadesa del Monasterio de San Benito de Montserrat se ha centrado en el "shalom". Esta promesa de “paz” de la Biblia pasa por “la capacidad que tiene sobre todo Dios de escuchar al afligido, de ver a la viuda, de sentir el clamor del huérfano, de sentir el sufrimiento”. Para Maria del Mar Albajar, "el proceso de escucha es un camino de vida y de una vida que está latiendo esperando que le hagamos caso".

Albajar ha reivindicado la necesidad de prestar atención y de "hacerse cargo de una situación o persona sin juzgar ni interpretar". La benedictina ha hecho hincapié en el descubrimiento de la vocación por medio de la escucha, porque permite “descubrir quiénes somos, nuestra identidad, y quiénes podemos ser como colectivo, como planeta, en este momento concreto de la historia”.

En contraposición ha afirmado que "no escuchar nos deshumaniza, nos impide ser quienes somos", y que "escuchar una acción pide voluntad". Como ejemplo ha dicho que "el gran oyente es Jesús" que practica "una escucha absoluta". Albajar ha defendido la atención al aquí y ahora y ha invitado a "ir más allá del relato y ver la realidad, escuchar sin filtros, el corazón herido y la necesidad del otro".

En la presentación de los ponentes, el filósofo Josep Maria Esquirol ha defendido que "diálogo va más allá del intercambio de opinión" y que "en el fondo el diálogo es un esfuerzo en la palabra". Por eso ha considerado adecuada la aportación de Albajar y de Bermejo, “dos personas admirables que hablan desde la experiencia. Según Esquirol, "representan la tradición de la escucha cristiana" en la que "la palabra viene del otro y responde con toda la implicación".

La sesión que se ha celebrado en el Hotel Alimara de Barcelona, ​​la ha abierto el cardenal Lluís Martínez Sistach, el director general de Asuntos Religiosos, Carles Armengol, y el presidente del Grupo Sant Jordi, Pere Fàbregues.

Armengol ha descrito la escucha como una actitud compleja. Pero recordó que es esencial para el diálogo y la amistad social, tal y como dice el papa Francisco en la encíclica Fratelli Tutti. Asimismo, Armengol ha criticado "la inmediatez y la prisa" que hacen perder "tiempo en la escucha profunda del otro". Y ha concluido que "la escucha es fundamental para la vida política y también para la vida de la Iglesia".

Fàbregues ha subrayado que "el diálogo y la negociación es la única vía para resolver un problema político que se arrastra desde hace siglos". Lo dijo en línea con el manifiesto público conjunto de las entidades convocantes de la jornada, con la que reprobaron al portavoz de la Conferencia Episcopal Española que se pronunciara contra la ley de amnistía. "Los cristianos debemos abonar y hacer posible la reconciliación en el seno de nuestra sociedad", ha dicho el presidente del Grupo Sant Jordi.

Por su parte, el cardenal Lluís Martínez Sistach ha hablado de la aportación que hace la jornada a la dinámica eclesial: “Este diálogo tiene un valor constante, que enriquece, cura y anima a seguir avanzando por los caminos del amor y de la paz”. Y, sobre la participación de los laicos, ha dicho que "si el Papa puede garantizar la sinodalidad, está garantizada la reforma de la Iglesia".

En el marco de la jornada se ha homenajeado al cura valenciano Julio Ciges Marín (1947-2022), promotor del Grupo Cristiano del Sábado de la Comunidad Valenciana y del Foro Cristianismo y mundo de hoy. Comprometido en el ámbito social, político y eclesial, "las parroquias donde Julio ha sido de rector se han convertido en hospital de campaña", ha recordado Vicent Francesc Estarlich, que ha hecho su semejanza.

La Jornada Sant Jordi es en sí misma un espacio de escucha y tiene como finalidad tejer puentes y complicidades entre diversas comunidades cristianas. Se celebra desde hace 18 años y fue promovida por el obispo Joan Carrera. Esta edición ha sido convocada por el Grupo Sant Jordi de Defensa y Promoción de los Derechos Humanos, los Equipos de Pastoral de la Política y la Comunicación, la Liga Espiritual de Nuestra Señora de Montserrat, el Consejo de Laicos de los Capuchinos de Cataluña, Justicia y Paz y Cristianismo en el Siglo XXI.