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Catalunya Religió

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(Jordi Llisterri –CR) La benedictina Teresa Forcades ha solucionado su situación canónica antes de iniciar la trayectoria electoral. La petición de exclaustración es un hecho y se ha gestionado antes del cambio de abadesa en Sant Benet. El proceso para dar salida a la voluntad de Forcades se ha realizado en un entorno de diálogo y comprensión entre la comunidad benedictina de Sant Benet, la abadesa Montserrat Viñas y el obispo de Sant Feliu de Llobregat, Agustí Cortés.

Aunque todavía no se ha hecho público oficialmente, la exclaustración ya se puede visualizar. Este jueves Forcades salió en un debate en TV3 como representante de Procés Constituent y sin velo. Allí explicó la voluntad de liderar a partir del domingo "una candidatura rupturista amplia" el 27 de septiembre.

Tanto la abadesa Viñas como el obispo Cortés han aceptado la exclaustración, aunque el permiso definitivo debe darlo la Santa Sede, como ocurre con todas las religiosas. En el caso de los religiosos, algunas órdenes pueden otorgar este permiso temporal sin pasar por Roma. En este caso, el obispo de Sant Feliu es el encargado de tramitarlo a la Congregación para la Vida Consagrada. La "bendición" de esta petición de todas las partes afectadas, sobre todo del obispo, hace prever que desde Roma no se pondrá ningún impedimento. La exclaustración no es un proceso reglado o sujeto a unas condiciones determinadas, y se concede en función de cada situación.

En el mismo programa en TV3 Forcades explicó que mientras el Vaticano decide si concede la exclaustración, sus superiores en Cataluña le han dado permiso para no vivir en el convento. También explica que no perderá el contacto con el monasterio y que como mucho será un permiso por tres años.

En este discernimiento, en el que Forcades no quería dejar de ser monja, ha sido clave el diálogo dentro de la comunidad, que le planteó la incompatibilidad entre el salto a la política electoral y la vida monástica. Asimismo, hablaron de la posibilidad de una exclaustración temporal, que no era posible sin que lo aceptara la abadesa y el obispo de la diócesis donde está situado el monasterio de Sant Benet de Montserrat. La exclaustración no representa una ruptura con la vida consagrada ni con los votos, pero sí una dispensa de algunas de las obligaciones que conlleva, como la de vivir en el Monasterio.

El obispo Cortés ha seguido este proceso con voluntad de encontrar una solución y con un diálogo discreto (el obispado no ha hecho pronunciamiento sobre el tema) y sincero con la abadesa y la misma Forcades. Una actitud conciliadora y receptiva que ha facilitado la salida temporal y que ha sido muy bien valorada.

Ahora queda pendiente ver qué recorrido político tiene el ofrecimiento de Teresa Forcades a liderar una candidatura electoral. Por otra parte, Forcades también podrá continuar teniendo una buena sintonía con la nueva abadesa , María del Mar Albajar, que forma parte de la nueva generación de monjas benedictinas con una amplia formación universitaria y una trayectoria de implicación civil y social paralela a la vocación religiosa.

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