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Catalunya Religió
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Fotografia: Salesians.

CR Las distintas familias religiosas han respondido rápidamente a los terremotos de este lunes en Turquía y Siria que han dejado, hasta el momento, a más de 11.200 muertos y 38.000 personas heridas. Un ejemplo de esta ayuda es la que ofrecen los salesianos, maristas o los jesuitas que han abierto sus espacios para ofrecer un lugar de refugio en Alepo.

Los misioneros salesianos de Alepo, que desde el inicio de la guerra atienden a la población en el centro de la ciudad, han decidido atender y ayudar a los damnificados por el terremoto que llegan. "Aún no sabemos cómo nos organizaremos, pero entre el frío, la nieve y la situación de guerra, la población necesita ayuda urgente", aseguran desde la organización.

"Somos conscientes de las consecuencias del terremoto, así que dentro de nuestras posibilidades ofreceremos refugio, acompañamiento y ayuda de emergencia con los bienes de primera necesidad que tenemos", comenta el responsable de los Salesianos en Oriente Medio, Alejandro León.

"HAY MÁS DE 1.000 PERSONAS, PERO NO TENEMOS MÁS DE 250 MANTAS"

La organización de los Maristas Azules que atiende a personas en Alepo está saturada acogiendo a todas las personas que pueden recibir. Un trabajo que realizan “con medios insuficientes”. "Estamos dando comida y calor a la gente que va llegando, ya somos más de 1.000, pero no tenemos más de 250 mantas", explica el hermano marista de Alepo Georges Sabe. "Sin embargo, no podemos quedarnos de brazos cruzados", reclama.

Por este motivo, desde la ONG SED (Solidaridad, Educación y Desarrollo), vinculada a los maristas, han manifestado su intención de canalizar la ayuda humanitaria procedente del Estado español. Sabe confirma que la situación sobre el terreno es dramática: "En la calle vemos lo terrible de la situación". Habla de balcones caídos, edificios derribados y gente huyendo con miedo. "Es la primera vez como marista en Alepo que siento que no puedo respirar", añade.

Desde el Servicio de Refugiados de Jesuitas (JRS) explican que el edificio de Aziziyé está "declarado seguro" por todas aquellas personas que vayan a refugiarse. También declaran su compromiso con el pueblo de Siria que lleva mucho tiempo sufriendo a causa de la guerra: “Recemos para que el pueblo sirio pueda encontrar pronto la curación y la paz”.

"Las familias se sienten más seguras con nosotros"

Nada más pasar el fuerte temblor, “algunas familias se refugiaron en nuestra casa de Alepo”. El salesiano Alejandro León también explica cómo se vivieron los primeros momentos después del primer terremoto. "La gente llegó con lo que llevaba puesto y les atendimos con ropa para abrigar y comer", dice. Los desperfectos causados ​​por la guerra y, posteriormente, por los terremotos han hecho que las casas no estén en buenas condiciones y las familias "se sienten más seguras con nosotros", asegura el salesiano.

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