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Catalunya Religió
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(Jordi Llisterri-CR) Ha empezado la ceremonia lloviendo y cuando ha terminado se ha empezado a esparcir el mal tiempo. Solsona vuelve a tener obispo desde este sábado por la mañana cuando se ha celebrado la entrada en la diócesis de Francesc Conesa, hasta ahora obispo en Menorca. La ciudad le ha recibido con todos los protocolos populares y todas las autoridades. Como desde hace siglos, el Ball del Àliga ha hecho los honores al nuevo obispo en la Plaza Mayor, después del séquito con gigantes, bailes de bastones y el bestiario que ha salido de enfrente de la Catedral. Solsona vuelve a tener obispo seis meses después de la renuncia de Xavier Novell. Y la ciudad se alegra y lo celebra.

El obispo Francesc Conesa ha entrado en la Solsona con el manual del Evangelii Gaudium bajo el brazo. Iglesia en salida, abierta, cercana... misericordia, perdón, reconciliación y paz... sinodalidad..., han sido algunos ejes de la homilía. "El papa Francisco nos ha invitado a pensar no en una nueva Iglesia, pero sí en una Iglesia diferente, abierta a la novedad que Dios quiere indicar", ha remarcado. Para Conesa, estamos en un momento en el que es necesario "renovar estructuras y reformar muchos elementos de la Iglesia: no debemos tener miedo. Vivimos nuevos tiempos que exigen la reforma de la Iglesia".

"Revestir a la Iglesia con un nuevo vestido", ha dicho. Una reforma en la que "es fundamental la implicación de los laicos" porque "sin vosotros no sería posible la evangelización". Conesa se ha puesto "al servicio" de la diócesis y ha pedido "la ayuda" de todos: "Mi primera tarea en Solsona será escuchar sus inquietudes".

En la homilía, Conesa no hizo referencia a la precitada salida de su antecesor, aunque sí habló el viernes en el encuentro con periodistas. En la celebración se ha hecho presente veladamente el tema en el saludo inicial del nuncio, Bernadito Auza, y del hasta ahora administrador apostólico, el obispo de Vic, Romano Casanova. El nuncio (con una intervención en buena parte en catalán) ha explicado que "somos conscientes de que la tarea que el Papa le ha confiado es muy delicada". Y el obispo Vic no ha escondido que "en nuestro corazón había perplejidad y dolor, mezclado con compasión". Pero, a pesar de todo, "esta iglesia ha seguido caminando".

El nuevo obispo de Solsona ha estado acompañado por 24 obispos, entre ellos, el arzobispo metropolitano de Tarragona, Joan Planellas, el cardenal arzobispo de Barcelona, ​​Juan José Omella, y la mayoría de los obispos catalanes. También estaban los abades de Poblet y Montserrat, el presidente de la Unión de Religiosos de Cataluña y más de un centenar de curas. En la primera fila, le ha recibido una representación (totalmente femenina) de las instituciones: la alcaldesa de Solsona Judit Gisbert (y todo el consistorio municipal), la directora general de Asuntos Religiosos, Yvonne Griley, la presidenta del Consejo Comarcal del Solsonés y la delegada del Gobierno de la Generalitat en la Cataluña Central.

Al finalizar la celebración, obispos y autoridades han ido detrás de cortejo y ha sido la primera vez que el obispo Conesa ha podido tener contacto con los solsonenses que a partir de ahora se encontrará todos los días por la calle. Solsona vuelve a tener obispo.

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