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Catalunya Religió
retaule santa tecla
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CR Tarragona celebra, del 15 al 24 de septiembre, su Fiesta Mayor, la fiesta de Santa Tecla. Aunque la mayor parte del programa de las fiestas de Santa Tecla esté formado por actividades de carácter popular, por los tarraconenses, esta celebración no estaría cumplida sin su vertiente más religiosa, que les hace reflexionar y les lleva a encontrar la comunión entre el pueblo.

Una de las tradiciones que más les ayuda en la búsqueda de este momento de intimidad es el Retablo de Santa Tecla, una creación coreográfica que explica la vida, conversión y martirio de Santa Tecla. Esta actuación puede verse sólo el 20 de septiembre, y tiene lugar en la catedral de la ciudad, donde precisamente está el retablo con las escenas de la vida y martirio de la patrona de Tarragona, realizado por el escultor Pere Joan en el siglo XV.

La responsable de representarlo es la Bandada Santa Tecla de Tarragona, que en 1991, de la mano de Jaume Guasch, autor de la coreografía, y Francesc Cassú, compositor de la música, adaptaron esta “leyenda áurea” al estilo característico de las Moixigangues propias de las comarcas de Cataluña: “Jaume Guasch quería dar a conocer la vida de Santa Tecla a la gente, y de la única manera que podíamos hacerlo era con la danza, porque era nuestro mundo. Con la ayuda del historiador Josep Maria Sabaté Bosch, que encontró documentación de una antigua Moixiganga que se hacía en Tarragona, se creó el Retablo, basado en la “leyenda áurea” y en los episodios de la vida de la santa que aparecen en el retablo de Pere Joan”, explica Rosa Llorach, presidenta de la bandada.

Un momento de intimidad previo al desenfreno

Como explica la presidenta, en Tarragona no hay otra bandada que represente la conversión y la glorificación de Santa Tecla. Esto hace que el Retablo sea una actuación única para el pueblo tarraconense, que ve los 24 minutos que dura como un momento de intimidad previo a la fiesta. “Es un momento de comunión con todos nosotros, y a partir de ahí después todo ya es fiesta y desenfreno”, reconoce Llorach.

De esta forma, cada año, tanto los danzantes como los espectadores, viven el Retablo con la emoción a flor de piel, sean o no creyentes. “Como tarraconenses, estamos muy contentos porque la ciudad ha hecho suya el Retablo. Siempre llenamos la catedral, donde caben un millar de personas. Vienen a ver la representación y después ya van a participar de las actividades populares. Hay gente que va cada año, otras que van por primera vez, o que llevan amigos de otras poblaciones... pero todo el mundo es bienvenido”, dice la presidenta de la bandada.

El Retablo ayuda a entender la profunda relación entre los tarraconenses y Santa Tecla, que Lloranch define con esta frase: "siempre decimos que nadie nos toque Santa Tecla, para que todos nos sintamos muy orgullosos de nuestra patrona".

El futuro del Retablo, asegurado

El encargado de hacer posible que cada año se represente el Retablo de Santa Tecla a la perfección es Lluís Calduch, su director. Como explica, todos los miembros del equipo que participan del Retablo son voluntarios, y un gran grosor está formado por los jóvenes, que están muy implicados con el proyecto: “El futuro está asegurado, incluso a veces debemos decirle a la gente que no puede participar, porque tenemos una gran lista de espera. Esto es una suerte, porque tenemos un equipo muy completo, entre los técnicos, los concejales, los 21 danzantes que lo representan… todos están muy implicados”, reconoce.

El trabajo de los miembros de la bandada, que como en el resto de las bandadas del país está formado por gente amateur con un rigor profesional muy alto, hace que sólo sea necesario un mes de preparación para ensayar la coreografía del Retablo. Esto permite a los danzantes prepararse para otras actuaciones, como son las fábulas de Sant Magí, una fiesta cercana a Santa Tecla. "Empezamos en agosto, porque tenemos muchos bailes para ensayar, pero para nosotros el del Retablo es el más místico", explica el director.

La complejidad de la puesta en escena del Retablo, que se representa en el crucero de la catedral, donde se encuentra el retablo de Pere Joan, hace que tanto Calduch como la presidenta de la bandada, Rosa Llorach, no se planteen llevar esta coreografía fuera de la catedral, que es su espacio idóneo: "Si sale podría perder la magia, porque es una actuación muy específica, y el montaje es realmente costoso, a nivel económico y de trabajo". Sin embargo, en su historia el Retablo ha tenido tres representaciones extraordinarias. Una, con motivo del 900 aniversario de la catedral de Tarragona, donde se echó del contexto de Santa Tecla, otra con motivo del centenario de la bandada, donde se representó en el monasterio de Poblet, y otra donde se va realizar una colaboración con el Misterio de Elche.

Por otra parte, la coreografía de la Moixiganga no ha cambiado desde 1991, puesto que como dice el director, no tendría ningún sentido modificar la idea original de Jaume Guasch: “el baile no cambia, y ésta es la magia. Pasa el tiempo, pasan las personas, pero la danza queda y esperamos que pueda continuar durante muchos años más”.

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