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Catalunya Religió
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(Laura Mor –CR) Cita ineludible para académicos, líderes de comunidades y especialistas en el mundo de las religiones. Este jueves la consejera Lourdes Ciuró y el rector de la Universidad Ramon Llull, Josep M. Garrell, han inaugurado en Barcelona el primer Congreso Internacional de Libertad Religiosa y de Conciencia. Se espera que el encuentro tenga continuidad cada dos años. Un espacio pensado no sólo para el debate y el pensamiento, sino para la difusión de "prácticas positivas y emergentes", tal y como ha anunciado la directora de la Cátedra de libertad religiosa y de conciencia, Míriam Díez, en la apertura de esta convocatoria que organiza esta Cátedra y la Dirección General de Asuntos Religiosos.

En la primera mesa de debate, que ha reunido a académicos de universidades de Serbia Oxford, Siena y Estocolmo, se han planteado, entre otros, la necesidad de una educación religiosa para prevenir la discriminación y la estigmatización de las minorías. Una realidad, la de la discriminación por razón de creencia, también que la guerra de Ucrania ha acentuado, tal y como han relatado sobre las iglesias evangélicas, que cada vez están siendo más perseguidas.

"Queremos la religión en la esfera pública"

En la inauguración, la profesora Míriam Díez ha defendido una universidad abierta a todo lo que ocurre en la calle y también que se hagan "debates públicos y grandes consensos" a favor de la humanidad. Por eso ha agradecido la complicidad de los participantes en el congreso: "Necesitamos trabajar juntos por la libertad religiosa".

Díez ha situado a la defensa de la libertad religiosa como centro de interés del congreso: "La libertad religiosa no es un derecho opcional; hablamos de derechos fundamentales", ha subrayado. Y ha postulado el trabajo de la Cátedra, de nueva creación, y del mundo universitario en esta responsabilidad compartida: "Estamos para eso, estamos académicamente, profesionalmente, políticamente, públicamente. Queremos la religión en la esfera pública", ha dicho.

Con más de un centenar de participantes, congresistas de los cinco continentes y de 29 países diferentes, Díez ha señalado la particularidad de contar en Cataluña con una Dirección General de Asuntos Religiosos. Una gestión pública de lo religioso, que pasa por el conocimiento específico de las comunidades y que, según Díez, no se produce en otros países. "La religión es parte de nuestra cultura y nuestra sociedad; sois un ejemplo, somos un ejemplo".

"El conocimiento de la diversidad de nuestro país que nos hace fuertes"

La consejera de Justicia, Lourdes Ciuró, se ha definido como "muy fan de esta iniciativa". Un Congreso, ha dicho, con un "éxito de convocatoria estallando" y que "sitúa a Cataluña en un puesto líder". Ha hablado desde un país en el que "el sentimiento y el hecho religioso está presente en el día a día" que hay que "conocer, respetar y defender las buenas prácticas", en este ámbito. "Queremos seguir siendo tierra de acogida; no entendemos esta Cataluña nuestra sin cohesión", ha apuntado.

Ciuró ha pedido abordar la libertad religiosa como "derecho fundamental", especialmente, en "sociedades cada vez más cambiantes, plurales, globales y que tienden a la homogeneización, con políticas hechas para la mayoría." De nuevo, ha expresado el compromiso del gobierno para defender y luchar a favor del catalán: "La lengua, al igual que la religión, debe ser una herramienta de cohesión social".

Por eso, se ha sumado a la causa que motiva el Congreso: "En la defensa de los derechos humanos nos tendrá a su lado". Ha descrito el rol de la Generalitat en "reivindicar el conocimiento de la diversidad de nuestro país que nos hace fuertes" y en la protección "de quien tiene creencias y de quien no las tiene", como también ha apuntado Míriam Díez. Y ha apuntado también la idea de compartición de recursos: "Nos tenemos que nutrir desde la experiencia a beneficio de la gestión de las políticas públicas", ha apuntado.

"Si en algo las universidades podemos crear impacto es desde la educación"

El rector de la Universidad Ramon Llull, Josep Maria Garrell, ha abierto la sesión con un pensamiento sobre la guerra en Europa. "La brutal agresión de Rusia en Ucrania nos ha hecho tomar conciencia de que no es el único conflicto armado en el mundo". Ha hablado del "impacto a corto plazo" que tiene "la polarización y la violación sistemática de derechos" o "el aumento de las intolerancias y de los extremismos". Y ha alertado de la degradación de "todos los indicadores de calidad democrática después de un cierto período de mejora contínua".

Garrell ha reconocido que "buena parte de lo que dábamos por garantizado está en riesgo" y ha invitado a defender el papel de la academia en este contexto: "Si en algo las universidades podemos crear impacto es desde la educación". En este sentido, ha pedido que "las conclusiones del congreso trasciendan a la sociedad" y puedan influir en las políticas públicas.

Han participado también en el Congreso, entre otros, la directora general de Asuntos Religiosos, Yvonne Griley, el decano de la Facultad de Comunicación Blanquerna, Josep Lluís Micó, el decano de la Facultad de Teología de Cataluña, Joan Torra, y todos los miembros del Grupo de Trabajo Estable de Religiones, el GTER.

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