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Catalunya Religió
Jesus Martinez Gordo
Jesús Martinez Gordo

Glòria Barrete –CR ¿Cisma en la Iglesia católica alemana? ¿Desautorizaciones del Vaticano a la Conferencia Episcopal Alemana? ¿Rotura doctrinal? Todas estas cuestiones hace un tiempo que rodean la Iglesia alemana a causa de la celebración de su Camino Sinodal. ¿Qué está pasando en la Iglesia de Alemania? ¿De dónde provienen estas fricciones y cuál es la repercusión del proceso sinodal que han puesto en marcha allí? Hablamos de todo esto con el teólogo Jesús Martínez Gordo. Será el próximo invitado de la Tribuna Joan Carrera que se celebrará el jueves 15 de junio en Barcelona.

¿Cómo surge el Sínodo Alemán, en qué contexto eclesial?

El origen del sínodo alemán está en el descubrimiento de los casos de pederastia en 2014. Del 2014 al 2018 la prensa alemana empieza a sacar casos de pederastia en los colegios y los centros religiosos de Alemania y la causa adquiere unas dimensiones escandalosas. Después de cuatro años, la Conferencia Episcopal Alemana toma una decisión importante, encargar a tres universidades alemanas una investigación externa e independiente sobre los casos de pederastia desde el final de la Guerra Mundial, y hasta el 2014. La investigación se realiza durante cuatro años con un equipo interdisciplinario y con acceso a toda la documentación que las diócesis alemanas les proporcionan de sus archivos. En el transcurso de cuatro años de investigación, presentan un informe, conocido como el informe MHG, que toma las iniciales de las tres universidades. En este informe, que está también traducido al español, se dan las cifras de la investigación y se ofrecen algunas consideraciones, pero sobre todo un diagnóstico sobre la Iglesia católica de Alemania.

¿Qué diagnóstico hace el informe?

En aquel tiempo se hablaba en Alemania de cuatro mil casos de pederastia. El informe pone de manifiesto que esto ha sido posible porque la Iglesia tiene una estructura que ha posibilitado la pederastia. Un problema sistémico estructural de la Iglesia en Alemania que se ha dado porque ha sido más importante salvaguardar el buen honor de la Iglesia que la atención a las víctimas, y lo que se ha hecho ha sido tapar el asunto. El informe reconoce que la Iglesia tiene una manera de organizar el poder que confiere al sacerdote o al religioso un plus de poder, que le reviste de cierta aureola de intocabilidad. Todo esto salía en el informe, así como el tema de la moral sexual de la Iglesia que no va de acuerdo con la de la sociedad actual. Después aparece otra cuestión conectada con estas dos, y es que si hay un problema sistémico, hay que cambiar el modelo de ministerio ordenado y de poder. El informe también destacaba que era crucial que en cada diócesis se hiciera lo que denominaban una ‘reevaluación’ para saber si verdaderamente había más casos. Se descubren así muchos más, hasta unos seis mil casos de pederastia.

Y ante esto, ¿qué hacen los obispos alemanes?

Uno de los puntos de conflicto entre la Iglesia alemana y el Vaticano, y el mismo Papa Francisco, es que el Papa dice que la Iglesia del futuro será sinodal o no será. En el caso alemán los obispos se plantean cómo afrontar este problema que les presenta el informe MHG. En un primer momento, en la primera asamblea que tienen después de la publicación del informe en 2018, lo estudian y se aterrorizan por lo que ha pasado. Es entonces cuando hacen una especie de lavado de cara, consultando a expertos, revisando los planes de formación en seminarios, etc.

¿Y no fue suficiente?

No! En Alemania, a diferencia de otras iglesias europeas y del mundo, existe un laicado muy potente y muy bien organizado, denominado ZDK, que representa a todos los movimientos de laicos y consejos pastorales. Tiene una grandísima autonomía respecto a la Conferencia Episcopal. El ZDK lee también el informe MHG y lo contrasta con las decisiones que en primera instancia los obispos han hecho y dicen, ‘esto no puede ser así, aquí hay un problema sistémico y se tiene que afrontar con radicalidad y coherencia’. Sacan entonces un manifiesto muy contundente donde exigen que se destruya el poder autoritario, monárquico y medieval de la Iglesia, así como otros elementos que exigen cambiar. Y esto, piden, lo tiene que hacer todo el mundo, obispos y laicos. En el año 2019 los obispos alemanes toman una decisión sobre este tema, poner en marcha un camino sinodal alemán vinculante. No hablan de sínodo, si no de camino sinodal, y hablan de vinculante. Dos caballos de batalla, las dos grandes novedades de la experiencia alemana respecto al sínodo mundial.

¿No querían poner en marcha un sínodo?

No, porque según el código de derecho canónico en la celebración de los sínodos está todo atado y muy atado. Ya se celebró un sínodo en 1971 y todavía están en Alemania esperando de Roma autorizaciones para algunas cosas que nunca han llegado. En el camino sinodal redactan sus propios estatutos y su propio reglamento interno. Este sínodo está estructurado con una presencia del ZDK, los laicos, también de los sacerdotes y todos los obispos. Conviene saber que vinculante lo es para todos. En el sínodo canónico lo que se dice en el Sínodo se queda en el Sínodo, de alguna manera. Y vinculante para los alemanes quiere decir que como el Pueblo de Dios es infalible cuando cree, quiere decir que tiene que ser escuchado y que se tiene que tener en cuenta.

¿Y cómo se implementa esto?

Para que un texto o una propuesta sea aprobada en el camino sinodal alemán se requerirán dos tercios, mayoría cualificada, de todo el camino sinodal, y a la vez también se requiere que los obispos presentes aprueben el texto con dos tercios también, con mayoría cualificada. Eso entienden por vinculante. Esto se decidió en 2019 a la luz del informe MHG y por la experiencia ‘de tomadura de pelo’ que sintieron en el sínodo del 1971. En septiembre de 2022 se celebró la última sesión del camino sinodal alemán, pero tienen pendiente la sexta asamblea que la celebrarán en 2026 para evaluar el nivel de cumplimiento de los acuerdos. Entonces será lo más interesante, que está todavía para venir.

¿Lo harán años después del Sínodo mundial del 23-24?

Sí. Una vez se conozcan las decisiones del sínodo mundial habrá un momento en el que la Iglesia alemana volverá a juntarse para evaluar la implementación del camino sinodal. ¡Y esperamos que sean palmas de fiesta y no gritos y murmullos!

¿Es una rebelión contra el Vaticano?

Todo el mundo sabe que si no tienes problemas con el Vaticano, los tendrás con los feligreses, se trata al final de elegir el problema. De los 27 obispos alemanes, 5 no están de acuerdo con este camino. 22 han preferido tener problemas con el Vaticano y 5 han preferido tener problemas con los feligreses. Esto hace que el panorama, desde un punto de vista periodístico, se ponga muy interesante, dicho sea de paso.

¿Hay experiencias en la Iglesia otros sínodos vinculantes como el alemán?

Sí, en las iglesias católicas de Oriente. Hay dos códigos de derecho canónico en la Iglesia católica, el latín que tiene un modelo de ejercicio de la autoridad monárquico y absolutista, y el de las iglesias católicas de Oriente donde hay una sinodalidad que se acerca mucho al modelo alemán. Todas las iglesias hablan, dialogan y toman decisiones sinodalmente. Son iglesias minoritarias, pequeñas, pero iglesias que vienen del primer milenio, las más originales. Otro punto parecido pasa en las iglesias ortodoxas, que no son católicas pero son cristianas. Hay una experiencia de sinodalidad muy rica en el mundo cristiano. Donde no existe esta experiencia de sinodalidad es en el mundo latino.

¿El sínodo mundial entonces no servirá para nada?

Sí hombre! Nos permitirá tomar el pulso de cuál es la situación de la Iglesia en el ámbito mundial. La Iglesia no es una trainera que navega por el Cantábrico en verano. Los campeonatos de traineras las gana el primero que pasa más rápidamente la boya en el agua. La Iglesia no es una trainera de 15-20 personas, es un transatlántico y los cambios de rumbo requieren un arco de movimiento muy largo. A mí me parece que si Francisco lleva a cabo el sínodo de la manera que ha estructurado -lo sabremos seguramente en septiembre de este año- puede suceder que haga lo mismo que hizo en 2014 y 2015.

¿Qué hizo entonces?

El texto aprobado en 2014 volvió en el año 2015 para trabajarse y a consecuencia de esto apareció la exhortación ‘Amoris Laetitia’ que abrió la puerta a hablar de muchos temas de moral sexual. Nos encontraríamos entonces con un modelo de funcionar en la Iglesia que ya ha sido ensayado, en la Iglesia estadounidense en la década de los ochenta y noventa.

¿Penalizará el Vaticano en unos años a Alemania con obispos que tengan el encargo de erradicar la sinodalidad allí?

Pasa a menudo. ¡Aquí en Bilbao hace treinta años que sufrimos penalizaciones! Al final cada obispo hace sus opciones. Hay que preguntarse a menudo con quién quieres estar, ¿con tu diócesis o con tu carrera y la curia vaticana? Ahora, hay que recordar que la elección de obispos en Alemania no es la habitual de aquí. Y como ya decía Tarancón, los obispos españoles tienen tortícolis de mirar a Roma y no al Pueblo de Dios.

¿Quiere decir que los obispos alemanes han elegido estar con el pueblo alemán?

Sí. Se han dado cuenta que el problema de la pederastia tiene unas dimensiones estructurales impresionantes. Que este asunto no pueden resolverlo solos, que requieren del apoyo de todo el Pueblo de Dios. Hay una estampida de gente de las iglesias. La única manera de detener esta hemorragia es hacer una nueva Iglesia y entender el poder y la autoridad de una nueva manera. Y esto lo tienen que hacer con el laicado. Hablamos de hacer un gobierno e impartir magisterio de manera corresponsable.

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