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Glòria Barrete -CR Tras quince días de huelga de hambre para pedir la Paz a Palestina y exigir el paro de la venta de armas a Israel, los tres huelguistas y activistas han finalizado su acción. No su activismo ni su causa, que sigue de otras formas. Han finalizado la huelga de hambre este viernes por la mañana en la iglesia de Migra Studium de los jesuitas, donde la iniciaron y donde han estado conviviendo estos días.

"Plegamos porque llegamos a donde podíamos llegar sin hacer tonterías", ha afirmado Gabriela Serra, una de las huelguistas. Palestina ya tiene suficientes mártires, ha reconocido, "no hay que sumarle otros tres catalanes". Sin embargo, reconocen que la huelga no la detienen para que no aguanten más, sino porque los objetivos marcados se han alcanzado, “y la llama y la chispa se ha encendido”. Ahora piden un esfuerzo personal y colectivo para que "cada uno se active, en la medida de sus posibilidades". Hay que hacer cosas, han recordado, "y no siempre deben ser grandes y multitudinarias".

Quince días de huelga que ha tenido varias reacciones, personales y colectivas. Martí Olivella, uno de los huelguistas, ha desglosado cómo han registrado su apoyo unas cuatrocientas personas, y unas doscientas entidades y colectivos de ámbito diverso. También se han enviado un millar de cartas al Ministro español de Defensa, "una forma de canalizar nuestra acción", han asegurado.

También han conseguido que el Fons Català para el Desenvolupament redacte una moción sobre la causa que se ha enviado a todos los municipios catalanes para ser votada. Han registrado una cincuentena de apariciones en medios de comunicación, y les han visitado representantes y miembros de todos los partidos políticos que podían venir.

"Hoy acabamos la huelga, pero no terminamos la campaña ni sus objetivos", han afirmado. La campaña a favor de la paz en Palestina continúa, con pequeñas acciones diversas, como la huelga que se inicia mañana en la capilla de los jesuitas en Manresa, la manifestación de apoyo al pueblo Palestino que tendrá lugar en Madrid, o la creación de un grupo de whatsapp para hacer ayunos rotatorios.

Iniciaron la huelga de hambre, explican, para encauzar varias cosas. “Una, para encauzar la desesperación que nos creaban las mentiras; otra, por canalizar el cansancio por décadas de ocupación en Palestina; y también porque queríamos romper con la impotencia que nos hacía vernos esclavos del sistema”. Había que romper con la complicidad del silencio, de no levantar la voz, aseguran, y querían pasar de la empatía a la acción. “Queríamos dejar de hablar de números y ver lo que son, personas, nombres. Nos hemos acostumbrado a poner números y no sólo a las cosas. Había que arriesgar y perder para poder ganar”, han explicado.

Una acción de ayuno que la han realizado en la comunidad de los jésuites de Migra Studium. Pep Mària, jesuita de la comunidad, ha explicado que "en Palestina la situación sigue siendo horrible". Sin embargo, ha querido agradecer la acción de los tres activistas y su tiempo a la comunidad. “Agradecemos el tiempo de comunidad con vosotros. No nos ha importunado y en cambio ha ilustrado y animado. Ha sido una gran luz para la comunidad. Nos ha recordado que se puede alimentar la esperanza cuando hay dolor y oscuridad. La huelga termina aquí, pero no termina nuestra larga amistad”.

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