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Por Jordi Llisterri i Boix .

Me van a perdonar porque parece que no haya otro tema. Pero el país vive el momento que vive y nuestro reino también es de este mundo.

Lunes seguí por internet la emisión de la misa de celebración de la concesión del título de Basílica al Santuario de Meritxell, que se ha hecho coincidiendo con el día de la patrona de Andorra y fiesta nacional del país de los Pirineos. La misa fue presidida por el cardenal Antonio Cañizares junto al arzobispo Joan-Enric Vives, obispo de Urgell y copríncipe de Andorra. No busquen tres pies eclesiales al gato. Sólo es que Cañizares la presidía como todavía prefecto de la Congregación para el Culto, que es la sección encargada de tramitar este tipo de peticiones basilicales.

Siguiendo la misa, no he podido evitar pensar en aquel chiste clásico del independentismo catalán: que lo que nos convendría es anexionarse a Andorra. La cosa es que sin ningún tipo de problema en la misa de la fiesta nacional en el presbiterio se situaba bien visible una bandera andorrana. También la cinta para adorar a la imagen de la Virgen lucía los mismos colores nacionales. Toda la misa en la lengua oficial del país. Incluso el ritual, que Cañizares ha hecho el esfuerzo de pronunciar en catalán, con un acento más que notable, como también ha hecho en el inicio de la homilía. El acto era respetuosamente emitido por la televisión estatal, con el mismo respeto que el Gobierno seguía la misa y luego se acercó a venerar la patrona. Al frente, el mismo jefe de Gobierno, Antoni Martí, que el viernes fue recibido por el papa Francisco para poderle agradecer, personalmente y en nombre del Gobierno, la concesión del título de basílica del santuario nacional. Finalmente, al terminar la misa, antes de la procesión de salida y el canto a la Virgen, todos los fieles en pie cantando el himno nacional de Andorra. Todo lo parece que se hace en un país normal.

Vist eso imagino. El cardenal Cañizares presidiendo una misa con la bandera catalana en el altar, una cinta cuatribarrada para adorar la Moreneta y acabar con el Cant dels Segadors... No. No me lo imagino. Supongo que sería caer en una denuncias que ha hecho el mismo Cañizares en la larga homilía: cuando ha dicho que "el amor universal de Cristo se abre a todo el mundo" y "no se enclaustra en localismos y particularismos que sempre separan, secan y esterilizan".

Pero también imagino Cañizares en una misa con una gran bandera española en el altar, cintas rojigualdas, y terminar con la Marcha Real. Entonces, desde el otro lado, se le hecharían encima. Españolista! Españolista!

No sé si se necesitan tantas banderas, cintas e himnos en una misa de la fiesta nacional. Yo no tengo ningún inconveniente en que cada nacion haga lo que crea con sus símbolos. Y en este sentido el coprincipado episcopal de Andorra añade una singularidad especial. Pero la polémica asegurada de hacerse con la bandera española o la catalana, será porque todavía no estamos en un país normal. Y no les esconderé ciertas ganas de cerrar ya esta carpeta y no tener que levantarse cada día justificando lo que somos y lo que queremos. Si somos más apocalípticos o integrados. O discutiendo si la bandera tiene que estar un metro más cerca o más lejos del presbiterio.

Feliz Diada a todos.

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