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Por Lluís Serra Llansana .
En Gerasa

Lisboa. Parque Eduardo VII. Jueves, 3 de agosto de 2023, a les 17.45. En la ceremonia de acogida dentro de la XXXVII Jornada Mundial de la Juventud, el papa Francisco afirma delante de centenares de miles de jóvenes: «En la Iglesia, ninguno sobra. Ninguno está de más. Hay espacio para todos. Así como somos. Todos. Y eso Jesús lo dice claramente. Cuando manda a los apóstoles a llamar para el banquete de ese señor que lo había preparado, dice: "Vayan y traigan a todos", jóvenes y viejos, sanos, enfermos, justos y pecadores. ¡Todos, todos, todos! En la Iglesia hay lugar para todos. "Padre, pero yo soy un desgraciado, soy una desgraciada, ¿hay lugar para mí?". ¡Hay lugar para todos! Todos juntos, cada uno, en su lengua repita conmigo: Todos, todos, todos.»

Las afirmaciones de este discurso no son un hecho aislado en las intervenciones del papa Francisco. Todo lo contrario. Son recurrentes, constantes, pronunciadas en escenarios, públicos y formatos diversos, entrevistas a televisiones incluidas. Cuando estos criterios pastorales se han implementado en un documento vaticano, titulado Fiducia supplicans las reacciones de todo tipo no se han hecho esperar. Se trata de una Declaración sobre el sentido pastoral de las bendiciones, publicada por el Dicasterio para la Doctrina de la fe el 18 de diciembre de 2023. Consiste en una práctica pastoral de acogida a todos. No implica un cambio de doctrina. En Lisboa participaron también organizaciones Lgtbi+ católicas. El papa es explícito: «No bendigo un matrimonio homosexual, bendigo a dos personas que se aman». En entrevista a la revista Credere, publicada el pasado 8 de febrero, el papa afirma: «Nadie se escandaliza si doy la bendición a un empresario que explota a la gente, mientras que se escandalizan si se la doy a un homosexual». Su resumen: «El corazón de Fiducia supplicans es la acogida, la bendición no se niega a nadie», incluidas las parejas en situación irregular. El cardenal Cristóbal López, salesiano arzobispo de Rabat, opta por una visión amplia en la línea de Francisco: «Presencia, acogida y diálogo pueden ser la mejor bendición». De eso se trata.

Hay que explicar bien el significado y el alcance de la práctica pastoral que se promueve para que sea bien comprendida. No justifica las irregularidades. Se centra en las personas pidiendo para cada una de ellas que la bendición de Dios las impulse a un mejor seguimiento de Jesús. Al inicio de cada eucaristía, los participantes nos reconocemos pecadores, y escuchamos la Palabra para que ilumine nuestra vida y la configure en la línea del evangelio. La tentación es reproducir la dureza de corazón del hermano mayor hacia el hermano menor, el llamado hijo pródigo.

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