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Roger Vilaclara –CRLa publicación del documento del Vaticano que abre la puerta a la bendición de parejas homosexuales fue el 18 de diciembre, día de la Virgen de la Esperanza. Una fecha que la Santa Sede no eligió aleatoriamente: "El Papa quería dar esperanza a su pueblo". La Fiducia supplicans, del Dicasterio por la Doctrina de la Fe, se refiere a la bendición de todas las parejas que viven en una relación fuera de los cánones de la Iglesia, pero el debate se ha focalizado en las parejas LGTBIQ+. Se han leído un montón de reacciones sobre si el paso del Papa es o no suficiente, se han visto respuestas de cardenales en contra e, incluso, el propio Vaticano ha tenido que publicar una segunda nota para remarcar ciertos aspectos que ya presentaba en el primer escrito. Pero, ¿qué piensa la comunidad católica LGTBIQ+? ¿El cambio del Papa es positivo o negativo? A menudo no todo es cuestión de blancos y negros, también hay grises en medio. Hablamos con el teólogo Enric Vilà, miembro de la Asociación Cristiana de Lesbianas y Gais de Cataluña (ACGIL) y del Foro Europeo de Grupos cristianos LGTBI.

El autor del cuaderno de Cristianismo y Justicia 'El reconocimiento de las personas LGTBIQ+ en la Iglesia' explica que el balance que se hace del documento publicado por la Santa Sede es positivo. Ahora bien, tiene "aspectos buenos y aspectos a mejorar", especifica. Se trata de un balance positivo porque "es un paso adelante en el camino de la igualdad a la Iglesia". “Con este documento se amplía la doctrina de las bendiciones y, por tanto, se ensancha el camino pastoral”, dice Vilà. Remarca que en este cambio pastoral y doctrinal vemos la esencia de Francisco : “Ser un Papa pastor que acompaña al pueblo”.

El nuevo documento del Dicasterio por la Doctrina de la Fe supone un paso cualitativo y un “incipiente reconocimiento” del Vaticano hacia las parejas LGTBIQ+. Un paso que no supone un cambio brusco en la forma de hacer de Francesc, ya que, según Vilà, es el pontífice que inicia la etapa de reconocimiento del colectivo. “Bergoglio fue el primero en utilizar el término gay ”, explica Vilà que, previamente al reconocimiento, define dos etapas más en la historia de la Iglesia respecto al colectivo LGTBIQ+: el miedo y la misericordia.

"LAS PAREJAS HOMOSEXUALES NO SE PODRÁN CASAR POR LA IGLESIA DURANTE EL MANDATO DE FRANCISCO, Y SEGURAMENTE TAMPOCO CON EL PRÓXIMO PAPADO"

"Fiducia supplicans también supone un paso importante para salvaguardar la actuación de los curas que ya llevaban a cabo este tipo de bendiciones", asegura Vilà. Explica que, antes del documento, él ya había asistido a varias ceremonias en las que un cura bendecía a una pareja homosexual. "Ahora los curas pueden dejar de hacer estas celebraciones de forma clandestina porque se pueden amparar en un documento concreto", dice.

El teólogo también apunta que, con su escrito, el Dicasterio por la Doctrina de la Fe “deja manga ancha” a cómo deben llevarse a cabo estas bendiciones. Aunque es cierto que se ha hablado mucho de algunas restricciones y condiciones que marca la Santa Sede; el hecho de que no se ritualicen “deja la puerta abierta a llevar a cabo estas bendiciones de muchas formas y en libertad”.

"EL DOCUMENTO CONTRADICE LA TEOLOGÍA CRISTIANA QUE AFIRMA LA IGUALDAD DE TODOS LOS CRISTIANOS POR EL BAUTIZO"

A pesar de todos estos aspectos positivos, Enric Vilà subraya que también existen “cosas a mejorar” respecto a la nueva propuesta de la Santa Sede. ¿La más importante? La paradoja que genera su escrito. "El paso que supone el documento en el reconocimiento es, al mismo tiempo, la constatación de que el Vaticano cierra el reconocimiento del matrimonio homosexual de todas las formas posibles", destaca. Y es que el Dicasterio por la Doctrina de la Fe define el matrimonio como “una institución perenne a lo largo del tiempo”.

En ese sentido, el Vaticano no cambia la doctrina respecto al matrimonio y lo deja muy claro en todo momento. "No se quiere dar margen a confundir el matrimonio entendido por la Iglesia como la unión entre un hombre y una mujer", explica el teólogo.

Por este motivo, las nuevas bendiciones “para parejas en situación irregular” deben estar fuera del contexto litúrgico y no pueden ser como sería una celebración habitual de boda. Esto provoca que el escrito sólo exponga limitaciones para "curarse en salud" y reducir las bendiciones a "un sencillo recurso pastoral equiparable a actos devocionales".

Todos estos elementos provocan que, a pesar de los intentos por reconocer al colectivo, todavía se mantengan “desigualdades estructurales de personas en la Iglesia”. Enrique Vilà habla de cristianos de primera y segunda. Un hecho que contradice la teología cristiana que afirma "la igualdad de todos los cristianos por el bautizo" y que "debería implicar el igual acceso a todos los sacramentos".

"EL PAPA ACTÚA COMO CENTINELA DE LA UNIDAD DE LOS CRISTIANOS Y EVITA LA DIVISIÓN DE DOS REALIDADES ECLESIALES"

Y con todos estos argumentos, ¿qué pesa más en la balanza: los aspectos positivos o los que es necesario mejorar? Antes de sacar conclusiones precipitadas es necesario entender el contexto en el que se da este anuncio. La homosexualidad y las relaciones de pareja del mismo sexo son, en estos momentos, temas que “polarizan y tensan a la Iglesia”. Enric Vilà habla de dos sensibilidades distintas: la más conservadora que tiene rechazo total a cambiar el magisterio porque sostiene que la homosexualidad va en contra de la naturaleza y la visión más progresista que cree que es necesario avanzar.

La diversidad de estas visiones está también ligada a la dimensión universal de la Iglesia. "No es lo mismo la sociedad de Europa occidental que la de Europa del este o de África", explica. Hay países con presencia católica que todavía tienen la homosexualidad como delito punible. Y estas diferencias son las que han provocado reacciones de todo tipo ante el documento del Dicasterio por la Doctrina de la Fe. "Algunos obispos han manifestado que no podrían aplicar estas bendiciones, pero porque el contexto en su país es muy diferente al nuestro", asegura el miembro de ACGIL.

“EL PAPA CONSIDERÓ QUE EL TEXTO DE 2021 SOBRE LAS PAREJAS HOMOSEXUALES NO DABA ESPERANZA Y DEBÍA REVERTIRSE”

Ante este marco, puede entenderse que el paso del Papa sea "un cambio modesto". Para Vilà, las actuaciones del Papa "hay que mirar con gesto de benevolencia porque el peligro es de cisma". "El Papa actúa como centinela de la unidad de los cristianos y evita la división de dos realidades eclesiales", afirma.

También es importante el hecho de que el cambio se da tras el responsumen que la Santa Sede hizo en el 2021 afirmando, sobre el mismo tema, que "no se bendecía el pecado". "El Papa consideró que aquello no daba esperanza a los cristianos y que debía revertirse", cree Vilà. Por este motivo, el pontífice cambió al cardenal encargado del Dicasterio por la Doctrina de la Fe por "otro de su cuerda".

Ahora bien, Enric Vilà es consciente de que a pesar de que las actuaciones del Papa sean importantes, existen unas necesidades personales de un colectivo. Después de la publicación del documento, hay quien piensa que "es un buen gesto y que bienvenido sea" y algunos piensan que "se queda corto". Sin embargo, Enric Vilà defiende que la demanda del colectivo no sólo se trata de una cuestión de derechos y de igualdad, sino que “hay razones bíblicas, teológicas y éticas para sostener que el matrimonio dentro de la Iglesia católica entre personas del mismo sexo es posible”.

"Los tiempos de la Iglesia son muy lentos"

Y pues, ¿veremos algún día a parejas homosexuales casarse por la Iglesia? Enric Vilà cree que este cambio es "factible, pero muy lejano a la vez". Lo compara con la esclavitud, que la Iglesia católica no abolió hasta el siglo XIX. "Se justificaba desde un punto teológico y bíblico simplemente porque Jesús nunca habló en contra de la esclavitud", explica.

En este sentido, el mundo avanza y, según Vilà, también lo hace la Iglesia, pero poco a poco: "Se necesita un diálogo y un proceso y los tiempos de la Iglesia son muy lentos". Un proceso que tampoco se resolverá, según Vilà, con el Sínodo de obispos que cerrará este septiembre. "Poder bendecir parejas homosexuales es lo que ha dado de sí este papado, pero no veremos un paso tan grande con Francisco y probablemente tampoco con el próximo papado", dice Vilà.

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