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Catalunya Religió
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Fotografia: Generalitat de Catalunya.
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Víctor Rodríguez –CR En 2023 es el Año del Rector. Así lo decidió la Generalitat de Cataluña con motivo de los 400 años del traspaso del párroco de Vallfogona, sacerdote y poeta que moría un 2 de septiembre de 1623. La efeméride cuenta con un basto y ameno programa de actos que se alargarán hasta en 2024 por todo el territorio, una serie de actos con el poeta Josep Pedrals como comisario, por ser un gran conocedor de la obra de Francesc Vicent Garcia, el archiconocido párroco de Vallfogona.

"Con el párroco de Vallfogona pasa algo curioso: todo el mundo ha oído hablar de él, pero hay poca gente que sepa exactamente quién es" argumentaba Izaskun Arretxe, directora de la Institución de las Letras catalanas durante la presentación del año dedicado en el párroco de Vallfogona, que tuvo lugar este mes de enero.

Sin embargo, la conmemoración empezó impulsada por un pequeño grupo de personas de Vallfogona de Riucorb, de donde Francesc Vicent Garcia fue rector durante 16 años. Con sus versos, mayoritariamente satíricos y sin quererlo, puso esta pequeña localidad balnearia de menos de un centenar de almas en la actualidad en el mapa literario catalán por los siglos de los siglos.

Un año lleno de actividades con una imagen renovada de Ignasi Blanch

La imagen institucional del Año es una ilustración de Ignasi Blanch creada expresamente para la ocasión por encargo del Ayuntamiento de Vallfogona de Riucorb. Blanch ha pretendido actualizar la figura de un poeta referente de la literatura catalana, con una biografía llena de anécdotas creando un personaje atractivo para un amplio público, sobre todo para el más joven. El nuevo párroco aparece dibujado con una sonrisa discreta y una imagen más cercana y amable.

La conmemoración cuenta con 3 exposiciones, clubs de lectura y jornadas académicas, entre infinidad de propuestas. También tendrá un acto popular el próximo 2 de septiembre en Vallfogona de Riucorb, población que ha mantenido viva su memoria 400 años después de su muerte.

Llega a las librerías la obra completa del párroco de Vallfogona

El primer volumen de la obra completa del párroco de Vallfogona, que llegó a las librerías el 31 de mayo, fue uno de los puntales de la conmemoración. Es así debido a que en el plazo de 3 años permitirá disponer de todo el corpus literario del rector publicado y revisado cuidadosamente. Gracias a la editorial Barcino, que desde el año 1924 recupera y divulga a los clásicos catalanes, se está llevando a cabo una publicación rigurosa de toda su obra a cargo de Albert Rossich, catedrático de Filología catalana de la Universidad de Girona y gran conocedor de la obra de Francesc Vicent, que le ha abordado como si fuera una edición crítica. Los volúmenes se publicarán con la ortografía regularizada, respetando al mismo tiempo las características de la lengua del autor, complementada con un conjunto de notas y comentarios del propio Rossich.

Este primer volumen, con un total de 350 páginas, contiene los sonetos y décimas escritos por el párroco. En el segundo volumen, que verá la luz en abril de 2024, estarán las redondas, romances, el panegírico y el sermón, y el tercer volumen, que se publicará en abril de 2025, incluirá la Comedia de Santa Bárbara, la obra en prosa y las poesías apócrifas.

Capellanes letraheridos, una tradición que viene de lejos

Nuestra tierra ha dado a lo largo de los siglos infinidad de sacerdotes y religiosos que se han decantado, más allá de su vocación religiosa –que se presupone– por el mundo de la cultura y de las artes, y en este caso, por el de las letras. Tenemos, en primer lugar, la figura más eterna y querida y que ocupa el podio como Poeta Nacional de Cataluña, Jacint Verdaguer. Pero no nos engañemos porque cada tierra –cada Obispado– a lo largo de los siglos ha dado a sus "rectores de Vallfogona particulares". Muchos recordarán al padre Ramon Garriga, conocido como el ermitaño de Samalús; o el padre Josep Maria Ballarín, el más televisivo y el que, como Francesc Vicent, rompió esquemas. Y sin salir de Berga, tenemos todavía viva un gran patum de nuestras letras como era Climent Forner.

Y así no pararíamos de llamar a curas y religiosos como Pere Ribot, que inspirado desde la pequeña parroquia de Riells del Montseny llenó de versos su vida, Camil Geis o Ramon Muntanyola, entre otros. ¿Y qué sería del conocimiento de nuestra lengua sin las fichas de nuestro catalán actual de Josep Ruaix o las clases magistrales del desaparecido y añorado Modest Prats? Seguro que el párroco de Vallfogona, con sus versos que poco pensaríamos que han sido escritos por un cura, es un claro ejemplo de la gran y variada aportación de la gente de Iglesia a la cultura y a la historia de nuestro país, que sin ellos no se entenderían.

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