Hemos venido reflexionando en entradas anteriores sobre cómo surgieron y cómo se articularon los diferentes modelos de escuela que tenemos actualmente. Cabe decir que la evolución de los distintos modelos fue espectacular. En muy pocos años, y con la ilusión de varias generaciones de maestros, profesores, directivos, de instituciones y también de la administración, se logró un gran éxito colectivo: una escuela democrática, centrada en el alumno, con una convergencia con los modelos europeos, corrigiendo déficits históricos. ...Y en las distintas etapas, desde la etapa preescolar hasta la universidad.
Un aspecto singular de algunas comunidades autónomas es que crearon legislación propia. Es el caso de Cataluña y la Ley 12/2009, de 10 de julio, de Educación (también conocida como LEC), adaptándose al marco definido por la Constitución, por el Estatuto de Autonomía y por las leyes educativas estatales. Esta ley fue promovida por el conseller Ernest Maragall en la época del segundo tripartito y se basó en el Pacto Nacional para la Educación, que pretendía encontrar un consenso entre los distintos agentes para definir un marco de actuación compartido. Este hecho contrasta con la dinámica del conjunto del estado que no ha terminado de salir de reformas y contrarreformas constantes hasta el punto de no poder llegar a ese consenso. Esta ley catalana fue recurrida por el Partido Popular en el Tribunal Constitucional. Sin embargo, el Alto Tribunal desestimó la mayor parte de impugnaciones, aunque suprimió la posibilidad de regulación de cuerpos docentes por parte de la Generalitat de Catalunya.
La LEC se basa, entre otros, en los valores democráticos, la universalidad y equidad, la inclusión, la libertad de enseñanza, el arraigo en la sociedad catalana, y la formación religiosa y moral de acuerdo con el derecho de los padres y madres a escogerla de acuerdo con sus convicciones. Desde el punto de vista del aprendizaje y el desarrollo de los educandos promueve una formación integral, de carácter laico -o acorde con el carácter propio de los centros concertados-, una educación emocional, para la ciudadanía, con capacitación cultural, científica y técnica, con diversas competencias para la sociedad digital.
Así pues, la LEC, con los decretos posteriores, fue una ley avanzada y que contó con un gran consenso. Consolidó los proyectos de centro, con autonomía, descentralización y potenciación de la función directiva. También de forma muy significativa definió el “Servei Educatiu de Catalunya”, que incluye centros públicos y centros concertados, estableciendo que estos últimos deben tener una financiación adecuada a la función y servicio que prestan. Por primera vez una ley definía un modelo completo que comprendía todo el esfuerzo de la administración pública y de las instituciones de iniciativa social, es decir del conjunto de la sociedad en Educación, lo hacía de forma coherente y articulaba la posibilidad de pluralismo y libertad de elección. La LEC definió pues de forma realista y consensuada el modelo de escuela catalana consolidando también el modelo lingüístico, avalado este consenso por el Tribunal Constitucional, hasta el 2022 cuando, como es sabido, se ha tenido que replantear por la intervención del TSJC.
Esta ley tiene una redacción moderna puesto que recoge un consenso muy amplio de la sociedad. Sale pues del habitual tecnicismo normativo y se centra en definir principios y modelos, grandes consensos de grupos políticos, sociales y educativos. Esto tiene ventajas, como es que proporciona unas buenas bases para trabajar en un clima de autonomía y confianza. Pero también la aplicación de la ley ha tenido algún inconveniente: Al no definir con mucha precisión algunos de los principios, después ha costado más que en algunos casos se concreten. Un ejemplo es la financiación equiparada de la escuela concertada. También puede haber ocurrido que un marco tan amplio puede permitir diferentes interpretaciones, cuando se trata de regular una realidad tan plural y compleja. Entre las posibles interpretaciones no puede descartarse que en algunos sectores haya prevalecido la continuación implícita en las interpretaciones de los modelos tradicionales, tan arraigados en las mentalidades, y que hemos venido exponiendo.
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