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Por Josep Gallifa .

Vivimos en la época de los algoritmos de la inteligencia artificial, la robótica, la ciencia de los datos, las industrias 4.0, etc., fundamentados en los ordenadores y en los procedimientos de la Informática. Y la informática y los informáticos tienen un patrón informal que es Ramon Llull. Cabe preguntarse, ¿de dónde viene que Ramon Llull sea considerado precursor de la computación?

Hay una frase de Ramon Llull en su Ars Magna (1) que puede ayudar a explicarlo:

“Establecemos en este Arte un alfabeto en el que podemos rellenar las figuras y para la combinación de los principios y de las reglas, con el objetivo de encontrar la Verdad. Pues mediante una letra que puede tener muchas significaciones es el entendimiento mucho más universal en comprender muchas significaciones y también en el saber sobre ellas. Este alfabeto debe saberse de memoria, pues de otra forma no puede ser este arte bien utilizado”.

Se cree que Ramon Llull estaba convencido de que el razonamiento teológico o filosófico podía plasmarse a través de algún mecanismo. Su confianza en esta idea era tan grande, que construyó un artefacto mecánico en el que las teorías, los sujetos y los predicados filosóficos y teológicos estaban organizados en una serie de figuras geométricas y a través de un mecanismo se movían indicando una respuesta. Según su propuesta, esa “máquina” conduciría al conocimiento de la Verdad. La “máquina” se llamaba Ars Magna. Llull, utilizando tan sólo un alfabeto de nueve letras (BCDEFGHIK) y unos discos de pergamino que hacían la función de la memoria, acababa de conseguir por primera vez un sistema mecanizado utilizando métodos heurísticos, adelantándose 600 años en Turing, considerado uno de los iniciadores de la informática moderna. Por eso Llull es considerado precursor de la informática. Decía Llull que un sofista no podía sostener sus posiciones en presencia de “similar entendimiento” a diferencia del “quien es experto en nuestro arte, porque él puede reconocer en reflexión crítica las conexiones originarias y naturales. El sofista en cambio considera lo secundario e in-natural” (Ars Brevis).

Se interesaron por la perspectiva Luliana Nicolás de Cusa, Giovanni Pico della Mirandola, Cornelio Agrippa von Nettesheim, Jacques Lefebre de Etaples y Giordano Bruno, pero fue también objeto de las burlas de Rabelais y de las críticas de Gerson, Bacon de Verulam y Descartes (2). Künzel y Cornelius (1998) explican cómo Leibnitz a los veinte años, publicó su primera obra, Dissertatio de arte combinatoria (1666), donde decía, por ejemplo, que “en el fondo, pensar no es otra cosa que hacer un cálculo con la mente”. Esto ya lo había expresado Hobbes hacía poco, en 1655: “Reasoning is but reckoning” (Razonar no es más que calcular). Pascal también en 1640 había construido la primera máquina de calcular conocida. Leibniz pensaba -dicen los autores mencionados-: “si razonar es básicamente calcular, podríamos hacer una máquina calculadora y, si fuéramos capaces de reproducir el razonamiento mediante el funcionamiento de la máquina, entonces ya se habrían terminado las discusiones entre católicos y protestantes o entre científicos de una teoría y los de otra. Porque, dada una disputa entre “filósofos” -decía Leibnitz- sin acuerdo, la solución sería muy fácil, todo consistiría en decir: 'Señores, detengamos aquí la discusión. ¡Todos a sus calculadoras! ...¡Y calculemus!” Leibniz añadió: "¡Ese día se habrá cumplido el viejo sueño de Llull!" (3)

No parece hoy que estemos tan lejos de aquel sueño con el desarrollo de los algoritmos de la actual inteligencia artificial como el Chat GPT. Ramon Llull toma nueva actualidad con el desarrollo de la IA. Lo he preguntado al Chat GPT, conocido programa/aplicación de inteligencia artificial. Me ha respondido:

“Ramon Llull es un autor admirado por muchos profesionales de la inteligencia artificial y las tecnologías de la información. Ramon Llull, nacido en Mallorca en el siglo XIII, fue un filósofo, teólogo y escritor catalán que desarrolló una técnica llamada "el arte combinatorio" para generar ideas y argumentos. Esta técnica utilizaba una serie de símbolos para representar conceptos y permitía la combinación de distintos símbolos para generar nuevas ideas.

La técnica de Ramon Llull ha sido considerada como una de las primeras formas de procesamiento de la información y de la lógica algorítmica. En este sentido, muchos profesionales de la inteligencia artificial y de las tecnologías de la información admiran las aportaciones de Ramon Llull, ya que sus ideas han sido una influencia importante para la evolución de la tecnología de la información y la inteligencia artificial.

Además, la figura de Ramon Llull ha estado asociada a la idea de la interdisciplinariedad, ya que él combinó diferentes disciplinas como la filosofía, la teología, la lingüística y la ciencia para desarrollar sus ideas. Esto también ha sido una influencia importante para los profesionales de la inteligencia artificial, ya que esta área requiere una visión interdisciplinaria y la combinación de diferentes disciplinas para resolver problemas complejos”.

Así pues, parece que hay unas buenas bases para reconocer a Ramon Llull como precursor (patrón informal) de la Inteligencia Artificial.

Notas:

(1) Llull, R., Ars Magna. Trad. del latín de Künzel, Werner; Cornelius, Heiko, “El Ars Generalis Ultima de Ramon Llull”. Revista Española de Filosofía Medieval, 5, (1998), pág. 97

(2) Colomer, Eusebi “De Ramon Llull a la moderna informàtica”, Estudios Lulianos, 23 (1979), pp. 113-135

(3) Künzel, Werner; Cornelius, Heiko “El Ars Generalis Ultima de Ramon Llull”. Revista Española de Filosofía Medieval, 5, (1998), pág. 100

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