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Catalunya Religió
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RAMON BASSAS –CR“Este primero de septiembre me he jubilado, pero sólo del trabajo”, dice el maestro, periodista, activista cívico en Lleida y hasta hace poco, responsable de la Junta Arbitral de Consumo en Lleida. Jordi Curcó, sin embargo, todavía tiene tiempo de presidir la Agrupación Ilerdense de Belenistas, que es la encargada de la gestión de la Capilla del Peu del Romeu, la protagonista de hoy del ciclo “En capella”. Es autor de varios libros, especialmente en la colección “Santos y santas” del Centro de Pastoral Litúrgica. Y para San Jaime presentó un libro que ha hecho sobre la romería de los farolillos. Dice la leyenda que San Jaime, al pasar por Lleida, se detuvo a reponer. Como era de noche y no veía se clavó un pincho en el pie y no pudo seguir. Los ángeles (algunas versiones dicen que fueron los niños de la ciudad) oyeron sus gemidos y bajaron con farolillos a curarlo y, como ya se veían, pudieron curarlo. Como os podéis imaginar, esta leyenda despliega una tradición que llega hasta hoy, con la Romería de los farolillos, que en Catalunya Religió hemos ido siguiendo puntualmente, amenizada con esta tonada:

San Jaime viene de Galicia / San Jaime viene de Aragón, / Y en Lleida dejó extendida / la fe de Nuestro Señor.

San Jaime viene de Galicia / se detiene al pie del Romeo, / ángeles le dan luz para sacarse / un pincho que tiene en el pie.

La Romería también está estrechamente ligada a la capilla de Sant Jaume del Peu del Romeu ante la cual, obviamente, los ángeles curaron al Apóstol de pega. El santo eligió bien: está en el cruce de las calles Major y Cavallers y, originalmente, quizás de finales del siglo XIV —más o menos como ahora la podemos ver—, fue dedicada a la Virgen de las Nieves, que por eso preside la fachada. Pero enseguida pidieron que se pusiera una imagen de San Jaime para no desligarse de la leyenda de los farolillos, que entonces ya corría, y corrieron a decirle “del Pie del Romero”. La imagen actual del santo, de Jaume Gort, es de 1947. El altar está decorado con un mural de Miquel Roig Nadal, de 1965, con la escena del pincho y las farolas.

—¿Y cómo se encargan los belenistas?

—Unos años después de terminada la guerra, en Lleida se quisieron recuperar las tradiciones. Una de ellas, que habían hecho los fejocistas, era organizar una exposición de belenes y la Romería. En 1963, hace sesenta años, un grupo de jóvenes de Acción Católica reanudó esta tarea creando la Agrupación Ilerdense de Belenistas. Y tuvieron el acierto de ubicar a la entidad aquí.

—¿Aquí en la capilla?

—Bien, sobre todo en las plantas superiores, que hay tres. En Navidad nos convertimos en la casa de los belenes, con exposiciones permanentes y dioramas. Tenemos más de cien, es un excelente patrimonio. La segunda planta la compartimos, además de varios dioramas, con la sala de juntas. En lo alto, están los dioramas de Joaquina Barrufat y desde hace tres años las figuras de terracota de Magdalena Ibarz. Y para San Jaime, una fiesta importante en Lleida, organizamos la Romería de los Farolillos.

LA ROMERÍA DE LOS FArolillos ACOGE A MÁS DE CUATRO MIL PERSONAS

—Es muy concurrida, ¿no?

—Sí, calculo que van unas cuatro o cinco mil personas, sobre todo niños. La hacemos en la vigilia, el día 24 de julio a las nueve de la noche. Es muy popular y simpática. Como el pesebre, ha sobrepasado sobradamente el ámbito religioso y participa todo el mundo. Además de los niños con los farolillos va todo el cortejo festivo: caballetes, bailes de bastones, cabezudos, gigantes… El año pasado fue declarada Fiesta Patrimonial de Interés Nacional.

—¡Caramba!

—Además, piensa que llamamos romería más que procesión porque tiene un aire más de acompañamiento que de hecho litúrgico.

—¿La imagen que saca es el original?

—No, desapareció por la guerra. Ésta es de 1964. Es decir, justo el año después de hacer la Asociación ya teníamos imagen y ya se podía hacer la romería.

—¿La capilla, cuando la abre?

—Sobre todo, en Navidad, cuando exponemos los belenes. Los días de San Jaime, porque hacemos un concurso de farolillos (el año pasado se presentaron más de cien). Abrimos también en Semana Santa, porque en los dioramas de Emili Tordera se representa la vida de Jesús y ponemos los que tienen que ver con la Pasión. Abrimos también para ciertas fiestas. Por Corpus o por San Anastasio, patrón de Lleida, cuando pasan las procesiones. Y la semana antes de las fiestas de otoño. Y cuando nos lo pide alguien. Ahora, el único día que se llama misa es el día de San Jaime por la mañana.

Y le dejo. Es un hombre ajetreado, pero que me ha atendido como si tuviera todo el tiempo del mundo y con una gran amabilidad. No sé si es la jubilación o el estado de permanente jubileo que parecen tener quienes se dedican a nuestro patrimonio festivo, es decir, a hacernos felices. Pero gracias.

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