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Catalunya Religió
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anna guimerà –CR Treinta días de oración ininterrumpida. Es el reto que se marcan las Delegaciones Vocacionales por la Cadena de Oración, que se organiza cada noviembre. Este año, bajo el lema 'Levántate y sé testigo!', las diócesis catalanas quieren implicar a los jóvenes y ayudar a redescubrir las vocaciones de cada uno.

El delegado de pastoral vocacional del obispado de Girona, Joan Soler, explica que la propuesta quiere recuperar "la fuerza e ilusión cristiana". Las delegaciones vocacionales también buscan implicar a los jóvenes en la cadena de oración de este año. Por este motivo, el lema recuerda las palabras del papa Francisco durante la Jornada Mundial de la Juventud del pasado año. "En todas las vocaciones debemos ayudar a los jóvenes a redescubrir su proyecto de vida, debemos orientarles para que ellos encuentren el motivo de su oración", dice Soler.

Además de los jóvenes, la Cadena de Oración por las vocaciones está orientada a comunidades, parroquias, movimientos y todo tipo de gente que quieran poner "Dios en el centro". El delegado de pastoral vocacional de Girona ha hablado de la importancia de la participación de cualquier persona: "No podemos tener una iglesia viva, si no tenemos vocaciones vivas". En esta misma línea, hace un llamamiento a las personas más activas de las comunidades para que animen a los demás: “Debemos ser aquella levadura que sube la masa; debemos ser cristianos activos, debemos ser testigos”.

Poner en el centro de la actividad pastoral las vocaciones

En su 17ª edición, la Cadena de Oración sigue la misma organización que en su inicio: cada obispado tiene tres días de oración asignados. Estos días no son aleatorios, Soler explica que los días van de diez en diez, para facilitar que la gente lo recuerde mejor. Para ayudar en el momento de oración, las delegaciones han creado un folleto con textos y testimonios que puede encontrarse en la web de la Cadena de Oración.

Esta iniciativa, activa desde 2005, nació con el objetivo de poner en el centro de la actividad pastoral las vocaciones. Una tarea que iniciaron los delegados de vocaciones de los obispados catalanes, que en ese momento tenían como obispo responsable al arzobispo de Urgell, Joan Enric Vives.

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