(Jordi Llisterri-CR) "Si no hubiera escolapios en Cataluña, la Iglesia y la sociedad se perdía algo bueno". Es la constatación del Superior General de las Escuelas Pías, Pedro Aguado, después de tres semanas de estancia en Cataluña. Este marzo el máximo responsable internacional de la orden ha hecho una visita canónica. Es la manera de conocer de primera mano los proyectos de la Escuela Pia en Cataluña y poder hablar con los hermanos, profesionales, alumnos, voluntarios o usuarios implicados en sus escuelas y servicios.
Aguado se muestra satisfecho sin esconder las dificultades: "No estamos trabajando porqué que sea fácill, sino porque es necesario". Por su experiencia internacional sabe que no hay ningún contexto donde sea fácil el trabajo educativo y evangelizador. Por ello alerta de que "quien se desanima ante las dificultades, no ha entendido nada de lo que significa la vida cristiana". Esta actitud también afecta a la capacidad de llegar a más personas: "No conozco ningún joven que se apunte a un grupo pesimista. La gente se apunta a construir, no a cerrar".
En esta entrevista explica la vocación educativa de los escolapios, una educación desde Evangelio, "una propuesta acogedora, capaz diciembre sumar, no de excluir. El Evangelio no debe excluir". Como superior general de la Escuela Pia también ha tenido la ocasión de participar en varios encuentros y reuniones con el Papa Francisco. A raíz de este contacto personal, cree que no vale quedarse en la imagen superficial de la simpatía o de los gestos: "su proximidad no está exenta de exigencia".
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