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Adaptar las misas para turistas: “Acogemos sin olvidar el catalán”

ANNA GUIMERÀ –CR | L'Escala, Roses, Cadaqués o Calella son municipios que este verano recibirán la visita de muchos turistas. Son pueblos que están acostumbrados a escuchar el francés y el inglés como lengua vehicular en comercios y playas. Pero, ¿qué ocurre con la espiritualidad de estas personas que pasan las vacaciones en estos pueblos y municipios? ¿Las parroquias se adaptan?

Migra Studium acoge a 1.198 personas en un 2021 lleno de trabas para visitar el CIE

(Miquel Codolar –CR) Oussama llegó de Marruecos en avión hace tres años. Sólo tenía 21 años y muchos proyectos, pero nadie que lo escuchara ni lo tomara en serio. Pasó meses viviendo en las calles de Zaragoza, Tarragona, Logroño y Burgos. Durmiendo al raso, con una amigdalitis sin tratar, deambulando. Con miedo a los agentes de la policía. Esforzándose por evitar el alcohol y la droga y por vivir según su fe musulmana.

La acogida, en el ADN de la vida religiosa

(Montse Punsoda –CR) El estallido de la guerra en Ucrania ha desplegado un manto de solidaridad y acogida en torno a occidente. De un día para otro, muchos hogares familiares han abierto sus puertas a los refugiados ucranianos que, poco a poco, van llegando buscando paz y seguridad. En esta línea, la propia Unió de Religiosos de Catalunya hizo un llamamiento a las familias religiosas para “ayudar y dar respuesta desde sus posibilidades de acogida”.

Dolores Cabello: jesuitina al servicio de los temporeros de Alcarràs

(Laura Mor –CR/Alcarràs) Es una mujer de nervio. "Ahora ya estoy jubilada y trabajo más que cuando no lo estaba", reconoce María Dolores Cabello, Hija de Jesús. Desde Cáritas parroquial de Alcarràs acompaña los temporeros que malviven en asentamientos de Alcarràs. La gente con la que comparte este trabajo puntualiza que esta religiosa "trabaja más que cualquier persona que conozcas". Granadina, y química de formación, dio clases hasta que decidió dejar la escuela y dedicarse exclusivamente al mundo social.

"Las enfermeras de la Guerra Civil acogieron a todos por igual"

(Laura Mor –CR) Escasos recursos y mucha creatividad. Las enfermeras que vivieron la Guerra Civil en Cataluña hacían de anestesistas con un colador, una gasa y cloroformo. Velaban por la dignidad de enfermos y heridos, y los atendían desde un talante hospitalario, sin prejuicios ideológicos. Así lo recoge el libro Enfermeras de guerra, coordinado por las profesoras Anna Ramió y Carme Torres. Es la última publicación de la colección 'Hospitalidad' de Ediciones San Juan de Dios-Campus Docente.

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