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Catalunya Religió

(Bernabé Dalmau) Lo digo de antemano. No soy de los "fans" de José A. Pagola. No soy de los que se inspiran en sus homilías para hacer las propias. No he recomendado nunca especialmente su libro más conocido: Jesús, una aproximación histórica.

Pero lo he leído a fondo y, más que encontrar proposiciones contrarias a la fe de la Iglesia, me ha hecho sonreír en bastantes páginas cuando quiere captarse la simpatía del público echando el agua al molino que le conviene. Aparte de esto, he oído Pagola durante cuatro días seguidos predicando a Jesucristo y conozco su trabajo de alta responsabilidad en la Iglesia de Euskadi y Navarra durante dos pontificados.

Por eso me indigné interiormente ("Indignaos, pero no pequéis", dicen el Salmo y la Carta a los Efesios) cuando vi que en las Españas se organizaba una campaña en contra del libro que empezaba a tener una gran difusión. Durante meses, cuando se hacía un clic en la web diocesana de un pequeño obispado aragonés, te encontrabas con un recuadro que te decía que Pagola era hereje. Había empezado la persecución. El promotor del recuadro fue premiado con un arzobispado en Andalucía. Y el monaguillo que intentó rebatir el libro teológicamente, lo fue con la mitra y el título de una de esas antiguas diócesis ahora inexistentes. Todo el asunto me pareció a mí cuestión de mezquina envidia, y nada más; pero no quería entrar en juicios de intenciones.

La persecución continuó y se complicó. La cúpula de la Conferencia Episcopal central quiso poner cucharada, y jugosa: retirando los ejemplares de las librerías, haciendo retrasar la edición catalana, amonestando -sé de qué hablo- quienes intentaban sacar veneno en el asunto. No era suficiente que el obispo diocesano avalara doctrinalmente el autor. Ni que teólogos y biblistas del país le apoyaran. Había que ir arriba de todo: a la Congregación para la doctrina de la fe.

Mientras tanto, cuando el asunto estaba en Roma, el hoy cardenal Ravasi -uno de los hombres más cultos que tiene la Iglesia católica-, en un sencillo articulillo sobre buscar a Jesús en la historia, acababa diciendo que, a la postre, en el momento actual recomendaba los libros de Armand Puig y José A. Pagola. Era la golondrina que anunciaba la primavera.

Y la primavera ha llegado. La congregación para la doctrina de la fe -¿quien dice que es la antigua Inquisición?- ha emitido la resolución definitiva. Reconoce que el libro no contiene ninguna proposición contraria a la fe. Sólo pide al autor que, en próximas ediciones, introduzca las modificaciones sugeridas por él mismo en torno a cinco puntos concretos. El autor aprovecha la ocasión para decir que quiere vivir sus últimos años colaborando en lo que considera la tarea más urgente en la Iglesia actual: volver a Jesucristo como la única verdad que la que podemos vivir.

Sabiendo el calvario que han vivido durante seis años Pagola y muchas otras personas que con él han intentado ser más cristianos, dan ganas de decir a ciertos perseguidores: Señores con responsabilidades de Iglesia, ¡demostrad de una vez si creéis en el Evangelio!

Bernabé Dalmau
Monje de Montserrat

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