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El relato de la Ascensión de Jesús, que presenta el libro de los Hechos de los Apóstoles se lee tradicionalmente, como es lógico, en la festividad de la Ascensión del Señor (Hch 1,1-11). Cuando las primeras comunidades cristianas acuñaron un lenguaje para expresar su convicción de que el Jesús, que había sido crucificado, ahora estaba vivo, se valieron de dos esquemas conceptuales: uno centrado en el verbo resucitar y el otro en el verbo exaltar . El relato de la Ascensión pertenece a este segundo esquema. Lucas lo usa al final de su evangelio y aquí, en el comienzo del libro de los Hechos, como una especie de enlace, que ata y une las dos partes de su obra.
El evento se describe con mucha sobriedad. Hay un trasfondo mítico según el cual se concibe el espacio repartido en cielo, tierra e infierno y la capacidad que tienen algunos seres privilegiados de pasar de un espacio a otro. El peso fuerte de la inspiración se la lleva, sin embargo, el relato de la ascensión de Elías hacia el cielo (2 Re 2,1-18). Hay muchos puntos de contacto entre los dos relatos: Elías sube al cielo en medio de la tormenta (v.11) / una nube llevó Jesús (v.9); a la petición de Eliseo (v.9) corresponde la petición de los apóstoles de restaurar el reino de Israel (v.6); hay una promesa del Espíritu tanto por Eliseo (v.10) como por los apóstoles (v.8); Elías se va mientras habla (v.11) / Jesús cuando termina de hablar (v.9); tanto Elías (v.11) como Jesús (v.11) suben al cielo; Elías es visto por Eliseo (v. 12) / Jesús es visto por los apóstoles (v.10); el orden de Elías: "Quédate aquí" (v.6) se corresponde con el orden de Jesús: "No os alejéis de Jerusalén" (v.4).
En las tradiciones judías la esperanza mesiánica iba unida a la figura de Elías. Efectivamente el libro de Malaquías "Antes de que llegue el día del Señor, día grande y temible, yo os enviaré el profeta Elías" (M l3,23). En el relato de la Ascensión parece que Jesús sea el nuevo Elías, pero eso ni casa con los textos del evangelio donde, en los relatos de la confesión de Pedro (9,8) y el de la transfiguración (9,30.33 ), Jesús se distingue claramente de la figura de Elías. ¿A qué viene esta similitud tan acentuada entre la ascensión de Jesús y la de Elías si Jesús no es Elías ?. La cuestión permanece abierta y sólo se pueden aportar algunas consideraciones.
Jesús no es Elías, pero los discípulos no lo entendieron tan fácilmente. Veían a Jesús como un nuevo Elías, como el profeta que actúa en nombre de Dios para eliminar la idolatría y la injusticia de Israel, el hombre de Dios que vive en medio del pueblo para ser ayuda y guía. Lucas proyecta así la visión que los discípulos han imaginado de Jesús.
La ascensión de Jesús tiene para Lucas la función de poner punto final a la actividad terrena de Jesús, marca el final de su presencia física entre los discípulos. Por eso la nube no cubre los discípulos como en el episodio de la transfiguración (Lc 9,34), sino que aquí esconde la visión de Jesús y lo sustrae del espacio histórico y terrenal.
La ascensión de Jesús es puesta en relación con su segunda venida. Así lo dan a entender los dos hombres que se aparecen vestidos de blanco. Jesús se va al cielo sin dramatismos ni presencia de fenómenos atmosféricos espectaculares. Esta misma simplicidad será la presidirá su segunda venida.
Festividad de la Ascensión del Señor
17 de Mayo de 2015

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