Pasar al contenido principal
Por Catalunya Franciscana .
En
045_La Consciència.jpg

Un día un fraile estaba en el cine y cuando se terminó la sesión, se levantó y al atravesar el corredor hizo una genuflexión, ¿por qué? pues porque tenía en la cabeza lo que hacía en la iglesia ante el Santísimo. Va hacer lo que decimos en catalán: "hacer las cosas de rutina". Y qué quiere decir hacer las cosas de rutina? significa hacerlas sin pensar, maquinalmente, sin reflexionar, inconscientemente.

Jesús muchas veces dice: "Estad atentos, velad!" La liturgia lo subraya sobre todo en el Adviento, pero es un actitud típica y constante del creyente. Vienetlleu, sed conscientes, no vaya dormidos por el mundo! No vayáis maquinalmente! Hay que ser conscientes y saber dónde estamos. Es la actitud de estar consciente de lo que se hace, no ir dormido por la vida. La palabra "conciencia" tiene ese sentido de estar despierto, lúcido. Pero la palabra conciencia también señala una de las cosas más profundas dela persona humana. No simplemente tiene conciencia aquel que sabe dónde está y qué está haciendo. No sólo tiene conciencia aquel que ve lo que es, sino lo que debería ser. Tiene conciencia no sólo lo que ve lo que tiene delante, la efectividad de lo que es, sino lo que moralmente debería ser.
San Juan en su primera carta habla de "Cuando la conciencia nos acusa", y también "cuando la conciencia no nos condena." Esta manera de hablar nos pone nerviosos, por & ograve, es ésta una de las cosas más profundamente humanas. Hoy en día no nos gusta hablar de conciencia, la reducimos al sentido de culpabilidad, el `hemos psicologizar, lo hemos socializado, biologitzat, pero con todo, gracias a Dios se mantiene aquí. La conciencia nos acusa, o no nos acusa, es el gran misterio de la persona humana. Y no simplemente me acusa ante mí, sIno como dice san Juan: "Me acusan ante Dios" o "no me acusa ante Dios", porque la grandeza de la persona humana es que está delante de Dios, esta es la grandeza de la persona humana. San Juan continúa diciendo: "Pero Dios es más grande que nuestra conscièn ". Por tanto nuestra conciencia es el centro neurálgico de nuestra existencia, pero ... es pequeña. Y aún otra cosa, nuestra conciencia, que es el centro neurálgico de la vida humana, hay ciertamente que crezca, pero también que se cure, porque está enferma. Aunque es pequeña y está enferta la conciencia debe ser la razón por la que hago las cosas. Mi conciencia no es lo que dicen las estadísticas, ni la mayoría, ni lo que me gusta, sino lo que reconozco como bueno ante Dios. La grandeza de mi conciencia es que reconoce el bien cuando se le pone delante.
DiceJesús: "Mis ovejas reconocen mi voz ..." y ese es el dolor inmenso de la vida humana. Yo podré hacer el bien o dejarlo de hacer o ir en contra, pero cuando el bien se pone delante de mí, yo lo reconozco. Y eso es lo que nos descoloca, cuando ante nuestros ojos se pone Jesús reconocemos. Entonces podemos o comen ç ar a hacer bromita, ya sabemos que podemos hacer bromita de todo, de todo, o podemos empezar a justificarnos, "sí, pero, sí, pero .. comenzaron a dar vueltas y vueltas. O podemos reconocer simplemente ante Dios el bien y reconocer, también, que no puedo ser fiel. Asumiendo este dolor y hacer lo que nos pide hoy clarísimamente San Juan y todo el NT:Creer en Jesús y en lo que Él dice: "Sin mí no podéis hacer nada". Es lo que dice también el capítulo 7 º de la carta de San Pablo a los Romanos: "reconocer el bien está en nuestra mano, pero no el hacerlo", aquí está nuestra enfermedad. Por eso el NT nos dice: "Cree en Jes ú s ". Jesús no es una idea, es Alguien que está aquí. "Sé en mí y yo en ti ..." Él es viviente, es aquí y dice: "en mí daréis mucho fruto". Dice san Juan: "Aquellos que dicen que conocen a Jesucristo deben comportarse como él se comportaba". O & ldquo, Hijitos, que nuestro amor no sea solamente de frase y palabras, sino de hechos y de verdad ". Tengo que ser lúcido y honesto con mi conciencia, y aceptar abrirme agradecidamente a Jesús resucitado que me sale al encuentro y me ofrece su mano, para crecer y participar en su divinidad, para dar frutos.
DOMINGO V DE PASCUA - B - 6 de mayo de 2012
(Hch 9,26-31; Sal 21; 1 Jn 3,18-24; Jn 15,1-8)
Fray Jacinto Duran y Boada
Grupos

Us ha agradat poder llegir aquest article? Si voleu que en fem més, podeu fer una petita aportació a través de Bizum al número

Donatiu Bizum

o veure altres maneres d'ajudar Catalunya Religió i poder desgravar el donatiu.