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Catalunya Religió

(David Casals - CR) ¿Qué lleva a dos personas en la treintena a dejar su trabajo y ponerse a estudiar teología para ser pastores? El próximo sábado 5 de octubre serán ordenados como pastores Jonathan Navarro y Marta López Ballalta. Forman parte de una de las denominaciones del protestantismo histórico, la Iglesia Evangélica de Cataluña, que agrupa a metodistas y presbiterianos. En Catalunya Religió hemos hablado con uno de ellos, Jonathan.

¿Por qué decidiste hacerte pastor?
Es un tema de vocación, y también ves el día a día de la Iglesia, donde ves las carencias, que hace falta gente que tenga ganas de implicarse y tenga formación, que sea joven. Y un día piensas, ¿por qué no yo? Por qué no me puedo dedicar totalmente, a tiempo pleno, a eso? Es ver una necesidad y sentirse tu, hacerte responsable, creer en una fe y querer participar.

¿Antes de querer ser pastor, a qué te dedicabas?
Era diseñador gráfico, llevaba diez años trabajando en un estudio y tenía un futuro bien definido. Pero esta necesidad, tanto yo como mi mujer, Marta, la veíamos desde que éramos jóvenes. Éramos personas que participábamos mucho en la vida de la Iglesia, y que también teníamos una visión más abierta. Vimos que hacía falta gente bien preparada, en muchas áreas, capaz de dialogar con una sociedad de una forma más sencilla y con un lenguaje que no sea necesariamente de Iglesia.

¿Como es la formación de pastor?
Estuvimos cuatro años en el seminario, en Madrid, haciendo lo que ahora sería un grado en teología. Un total de 240 créditos. Dejamos trabajo y familia, y contamos con el apoyo de instituciones, familiares y fieles, que nos ayudaron económicamente.

¿Qué es lo que más te llama la atención del trabajo que hace un pastor?
Sin duda, trabajar con las personas. Por un lado contribuyes a construir una nueva comunidad, pero también una sociedad alternativa, con unos valores más solidarios, que parten de una fe. Es una fe que se hace concreta en las personas.

Sois dos personas jóvenes que decidís dedicar vuestra vida a la Iglesia. ¿Qué sigue siendo vigente, de las instituciones religiosas?
La gente necesita el amor de Dios, continúa sintiéndose sola, muchas veces no sabemos qué hacemos aquí, de dónde venimos y hacia dónde vamos, y pienso que la fe puede dar estas respuestas.

En una sociedad moderna como la de hoy, ¿qué papel puede tener un pastor protestante?
Si el pastor o la pastora forman parte de una Iglesia abierta a su sociedad, lo que deben tener es un papel profético. ¿Qué significa esto? Pues, poder ser capaces de evaluar lo que ocurre en la sociedad, tener empatía hacia el sufrimiento de los ciudadanos y hacerlo propio, denunciar las injusticias sociales y dar alternativas. Es crear un discurso, la palabra, que se acompañe con hechos, que sea una forma de vida alternativa a la sociedad, en un tiempo de cambio social, de crisis, de recortes.

El mundo protestante se caracteriza por su diversidad. En Cataluña hay muchas denominaciones e iglesias libres. ¿Por qué decidisteis ser pastores de la Iglesia Evangélica de Cataluña y no de otra denominación?
Una de nuestras características diferenciales es la libertad de pensamiento teológico, a menudo difícil de encontrar, lo que valoramos muchísimo. Esto significa que hay muchos matices diferentes dentro de una misma iglesia, pero eso es enriquecedor. Se pueden transmitir tus ideas sin miedo a ser censurado, y otro valor es formar parte de una iglesia que se esfuerza en ser progresista, intenta abrirse, busca nuevas formas de diálogo con el mundo. Es ir con una Biblia en una mano y con el periódico en la otra: no nos limitamos a ser una iglesia que canta canciones cada domingo sino que quiere ser relevante y también tiene una fuerte obra social.

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