Una paz verdadera

Publicamos el mensaje de Navidad de 2011 del superior general de los Misioneros Claretianos, el catalán Josep M. Abella.

Navidad nos suscita una infinidad de recuerdos: las celebraciones en familia de cuando éramos niños, las fiestas esperadas y gozadas en la vida del seminario o del grupo juvenil, la preparación de la liturgia navideña en los centros pastorales, la gozosa convivencia en la comunidad compartida con el pueblo, etc. Son recuerdos que nos ayudan a recuperar valores que han marcado nuestra vida y que siguen siendo profundamente significativos para vivir “según el corazón del Padre”.

Navidad suscita también en nosotros un deseo profundo de que el anuncio de paz que escuchan los pastores se haga hoy realidad en cada uno de los rincones de la tierra; pero deseando ardientemente que sea una “paz verdadera”, aquella que nace del reconocimiento de la dignidad de todas las personas y de todos los pueblos.

Navidad nos abre el corazón a la esperanza porque es manifestación del compromiso de Dios de caminar con nosotros, hasta dar lo más precioso que tiene, su propio Hijo, para que los deseos de paz y fraternidad profundamente radicados en el corazón humano puedan hacerse realidad ya en nuestra historia.

Por todo ello, Navidad nos hace también más sensibles al sufrimiento de las personas y a las situaciones de injusticia y violencia que niegan el proyecto de Dios para sus hijos.

Que la celebración de la Navidad se convierta para cada uno de nosotros y para toda la Congregación en una llamada poderosa a poner en las manos del Señor y de nuestros hermanos todo lo que Él nos ha dado. Esto será posible si sabemos acoger el don que Él mismo nos ofrece en un Misterio de amor que supera cualquier medida.

A todos os deseo una gozosa celebración de la Navidad y un nuevo año lleno de frutos misioneros.