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Catalunya Religió

(Jordi Llisterri-CR) Este miércoles por la mañana ha muerto la periodista Roser Bofill, alma de las revistas Foc Nou y El Ciervo, publicaciones que sacó adelante durante décadas junto a su marido, el también periodista Lorenzo Gomis. Roser Bofill tenía 80 años y hasta hace pocas semanas seguía presente en la redacción de las dos revistas en la sede histórica de la calle Calvet.

El funeral se ha celebrado este jueves 20 de octubre a las 11'45 de la mañana en el tanatorio de Sant Gervasi de Barcelona.
Nacida en 1931 formó parte de una de las primeras promociones de la escuela de Periodismo del CIC. Estuvo vinculada a la revista El Ciervo - que este año celebra el 60 aniversario- casi desde sus inicios. Desde 1990 fue su directora, conjuntamente con Lorenzo Gomis, después de cuya muerte en 2005, continuó dirigiendo esta revista de referencia.
También, poco después de su creación en 1974, asumió la dirección de la revista Foc Nou , de la que ha sido la editora hasta ahora. Asimismo, mantenía colaboraciones regulares con otras publicaciones como la revista Saó de Valencia o Misión Abierta.
Roser Bofill y Portabella forma parte de la generación de laicos que quedó marcada profundamente por el Concilio Vaticano II y por la figura de Juan XXIII. Así, fue una de las personas claves en la difusión de la apertura y la renovación conciliar en Cataluña. Asimismo, la redacción de las revistas que dirigía se convirtió en una escuela de periodistas, especialmente durante la transición. Por otra parte, su personalidad y empuje la llevó muchas veces a representar la voz de las mujeres dentro de la Iglesia y en los medios de comunicación.
Su trayectoria no se limita al ámbito eclesial. Fue una de las impulsoras y presidió la primera asociación de revistas en catalán, la APPEC. También dio clases de periodismo en la Facultad de Comunicación Blanquerna de la Universidad Llull. Muy vinculada con la familia Maragall, colaboró ​​en la campaña de Pasqual Maragall a la presidencia de la Generalitat. En 2006 recibió la Cruz de San Jordi.
Creo, ayuda mi poca fe; Niebla baja y Quédate con nosotros son tres de los libros que recogen su experiencia vital como creyente. De hecho, aunque se dedicó al periodismo religioso, su preocupación principal siempre fueron los aspectos espirituales y las creencias por encima de las estructuras eclesiales.
Aunque era de Barcelona, ​​siempre mantuvo unos lazos singulares en el Montseny donde tenía una casa familiar en Viladrau. Impulsó y dirigió durante 25 años la edición de las Monografías del Montseny y fue presidenta de la Asociación Amigos del Montseny. Roser Bofill tenía cuatro hijas y nueve nietos.

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