Pasar al contenido principal
Catalunya Religió
(Horeb / Carme Canadell) Las Hijas de María Auxiliadora (FMA) o Salesianas de Don Bosco han celebrado los 125 años de la llegada de las primeras hermanas a Barcelona. Fue el 21 de octubre de 1886 cuando vinieron de Turín (Italia) cuatro jóvenes salesianas que Don Bosco enviaba porque así se lo había pedido Dorotea de Chopitea, señora barcelonesa entregada a la causa de los más necesitados.
Unas 300 personas se reunieron el 29 de octubre en Sarrià, en la casa provincial, donde se respiraban las esencias de la memoria histórica, el presente y el futuro de la obra que aquellas religiosas seguidoras de Santa María D. Mazzarello iniciaron en esta casa, en la Torre Gironella. Así concluía la serie de actos celebrativos que la provincia ha impulsado desde el pasado 24 de enero.
La fiesta contó con la presencia del cardenal Lluís Martínez Sistach, arzobispo de Barcelona, ​​y de la Madre General de las Salesianas, Sor Yvonne Reungoat, que presidieron todos los actos, con la representación de todas las instituciones que conforman la familia salesiana y muchas personas relacionadas. Sor Lourdes Ruiz de Gauna, la provincial, dio la bienvenida a todos y todas: "Juntos queremos reconocer, admirar, celebrar y agradecer este inmenso árbol nacido de semillas pequeñas y sencillas pero expuesto al viento, a la luz, a la energía del Espíritu del Señor Jesús que sigue invitando a entregar la vida a proyectos de amor incondicional, garantía de futuro. "
La Madre General mira al futuro
Sor Yvonne nos dirigió la palabra a la capilla, antes de la Eucaristía, mostrando su talante tan cálido y familiar. Después de dar gracias al Señor por los 125 años, afirmó que este punto final de las celebraciones no es una puerta que se cierra, sino que se abre. Porque el carisma salesiano es un don para la Iglesia que todos y todas debemos hacer resplandecer. "La Eucaristía de hoy es acción de gracias que fortalece nuestra gratitud y nuestra unidad; crea familia. Las primeras 4 FMA consiguieron, con pasión educativa, fe y sacrificio, responder a la petición de María Auxiliadora. Este aniversario es una oportunidad de enlazar el pasado, el presente y el futuro. Nuestros fundadores lo dieron todo por la felicidad de los jóvenes, en tiempos no menos difíciles que los nuestros. Pedimos a María la fuerza, la esperanza para seguir el camino. Estamos viviendo un momento histórico, un momento de gracia, la posibilidad de seguir dando amor y comunicando esperanza."
"Los jóvenes no sólo son el futuro, sino también el presente, un potencial positivo que hay que cuidar, un patrimonio de la humanidad. Ellos se sumarán a la nueva evangelización, porque son ellos los que encuentran las palabras adecuadas para transmitir el mensaje evangélico a los otros jóvenes". "Gracias, seglares que compartís con nosotros la pasión educativa. En la Jornada Mundial de la Juventud contemplé con alegría a muchos jóvenes capaces de expresar y comunicar su fe, atentos a la palabra del Papa, en esta sociedad que los trata sobre todo como consumidores. Entre ellos, había muchos de nuestros ambientes salesianos". "Deseo que viváis profundamente la alegría, que es el mejor canal para transmitir la fe y el amor de Dios. La alegría salesiana debe escribir páginas nuevas del futuro, en España y el mundo. "
El cardenal alaba la labor de las Salesianas
La eucaristía fue presidida por el cardenal Lluís Martínez Sistach y concelebrada por Joan Godayol, obispo salesiano emérito de Ayaviri (Perú), el Inspector salesiano Ángel Asurmendi y unos 30 sacerdotes, entre salesianos y amigos. La celebración fue vibrante y muy participada por personas significativas de nuestra amplia familia, con las provinciales fma de León, Madrid y Sevilla.
En la homilía, el cardenal, como representante de la Iglesia de Cataluña, comentó así el texto del evangelio (Mateo 13,31-33): "Sois un grano de mostaza tocado por el Señor. Un grupo, una institución, una familia numerosa y fecunda. No se podrá escribir la historia de nuestra diócesis sin hablar de las Salesianas, que tanto la han enriquecido con su presencia activa." Y añadió: "Vinistéis el año 1886, dos años antes de la muerte de vuestro fundador. Cuando Don Bosco, el mismo año que vosotras, vino a Barcelona, ​​la gente ya lo tenía por un santo."
Habló del carisma salesiano del amor a los jóvenes y de su pedagogía preventiva basada en la razón, la religión y el amor, expresión de la armonía entre la creación y la redención. Comentó que el mensaje cristiano debe perfeccionar, nunca contradecir, la naturaleza; no se puede ser buen cristiano si no se es buena persona. "Cuatro hermanas humildes, pero totalmente entregadas, plantaron una semilla que todos agradecemos."
Después, la Madre Yvonne, una educadora, un niño y la salesiana más joven de la provincia descubrieron una placa conmemorativa integrada en un parterre frente a la puerta de la capilla. Para construirla se habían cortado dos pequeñas columnas con material de la construcción de la primitiva finca de hace más de 125 años.
Al final, en el patio, el Esbart Maragall desplegó un espléndido recital de bailes catalanes. Presenciando su interpretación, los asistentes honoraban esta tierra que nos acoge. Al final, pudimos bailar una gran sardana acompañados de los chicos y chicas del Esbart.

Us ha agradat poder llegir aquest article? Si voleu que en fem més, podeu fer una petita aportació a través de Bizum al número

Donatiu Bizum

o veure altres maneres d'ajudar Catalunya Religió i poder desgravar el donatiu.