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Catalunya Religió

(Catalunya Cristiana) El fracaso matrimonial deja en las personas que lo padecen un surco de soledad, culpabilidad y tristeza. Si además se suma la idea errónea de que quedan excluidas de la Iglesia, para las personas cristianas la situación se hace aún más difícil. Este ha sido uno de los motivos por los que la Delegación de ​​Pastoral Familiar del Arzobispado de Barcelona ha puesto en marcha el Servicio de Atención a Personas Separadas y Divorciadas. Tal como dice en una entrevista Ramon Ollé, colaborador de la Delegación diocesana de Pastoral Familiar, «las personas separadas y divorciadas siguen siendo miembros de la Iglesia».

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