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Malaquías se da cuenta que para reconstruir el país después del exilio es imprescindible una clase sacerdotal que se implique a fondo en el proyecto, según explica en este comentario sobre las lecturas de este domingo el teólogo José M ª Solà. Por ello, continúa, denuncia a los sacerdotes que desatienden sus obligaciones en perjuicio del pueblo.

MALAQUÍAS A LOS SACERDOTES

La predicación del profeta Malaquías se suele situar en torno al año 515 aC., es decir, unos veinte años después del retorno del exilio. En estos años hubo tiempo suficiente para pasar de la euforia al desaliento que, en gran parte, había sido causado por la decepción provocada por la clase sacerdotal. Esta, con el declive de la monarquía, había ido adquiriendo poder y asumiendo aquellas funciones en el templo, que, tiempo atrás, eran prerrogativa del rey. El colectivo sacerdotal, en vez de liderar la reconstrucción del país, había desatendido sus obligaciones fundamentales. Malaquías se queja de esta clase sacerdotal en el texto de la primera lectura de este domingo (Ml 1,14 b-2, 2b.8-10).

Las quejas del profeta apuntan fundamentalmente a tres cuestiones: el olvido de las normas de pureza ritual inherentes a las funciones litúrgicas del templo, la enseñanza de la Ley y los matrimonios con mujeres extranjeras. Pero en la selección de versículos, que hace la lectura litúrgica no se ven estos aspectos, sino tan solo uno, que en el conjunto del texto de Malaquías es secundario, la función judicial de los sacerdotes, que, como se desprende del texto, también lo hacían mal.

Las funciones de los sacerdotes de Israel eran básicamente tres: atender a la liturgia del templo, la enseñanza de la Ley y la intervención en asuntos judiciales. En el orden de importancia, la función judicial fue siempre a la cola de las otras funciones más típicas y propias del estamento sacerdotal. Sin embargo, esta función judicial es reconocida en el libro del Deuteronomio cuando dice: "Preséntate a los sacerdotes levitas y al juez que esté entonces en funciones y expone tu caso. Ellos te indicarán como debes resolver. Actúa como ellos han sentenciado "(17,9 s). El segundo libro de las Crónicas también da noticia de la función judicial de los sacerdotes, compartida con los levitas, cuando explica que Josafat, rey de Judá, designó levitas y sacerdotes para que juzgaran y resolvieran los pleitos de los habitantes de Jerusalén (2 Cr 19,8 )

Cuando los profetas increpaban los reyes por su idolatría y mal comportamiento, solían presentar David como modelo del rey ideal, fiel a los preceptos del Señor. Malaquías se dirige a los sacerdotes y no puede presentar el ejemplo de David; lo que hace entonces es presentar el sacerdocio levítico, que es el sacerdocio a imitar. Habla de la alianza hecha con Leví. De hecho Moisés, representante del pueblo ante Dios para hacer la alianza, es de la tribuno de Leví, así como su hermano Aarón de quien descienden los sacerdotes de Israel. Y aún se puede hablar de una alianza más específica con el sacerdocio levítico, la que, según consta en el libro de los Números, Dios hace con Finés, nieto de Aarón, alianza de paz por la que se le concede perpetuamente el sacerdocio.

En un tiempo en que la preocupación por la reconstrucción del país juega un papel muy importante, Malaquías ve que ésta no será posible sin la aportación decisiva de la clase sacerdotal, que ha ido acaparando poder en las horas bajas de la monarquía. Poco se podrá hacer con un colectivo sacerdotal despreocupado de sus obligaciones y dominado por la corrupción. A ellos, más que a nadie, hay que exigirles un cambio; si éste se produce, el pueblo responderá y entonces será posible una comunidad de Israel viviendo feliz y en paz.

Domingo 31 durante el año
30 de Octubre de 2011

www.parroquiasantjosep.org/

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