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Comentario al relato de la pasión según Marc.

El relato de la pasión de Jesús que recoge el evangelio de Marcos (Mc 14,1-15,47) y que leemos este domingo de Ramos es un texto largo que permite fijarse en muchos detalles que por el hecho de comentarlos permite enriquecer la comprensión del texto.

El relato contiene tres momentos en que se hace mofa de Jesús: en el palacio del gran sacerdote (14,65); en el pretorio después del juicio ante Pilatos (14,16-19); y las burlas al pie de la cruz protagonizadas por la gente, los grandes sacerdotes y maestros de la ley, y uno de los crucificados con Jesús (14,29-32).

Las burlas en el palacio del gran sacerdote son un calco de las burlas de los soldados romanos en el pretorio porque el juicio ante el gran sacerdote toma como modelo el juicio ante Pilatos y la burla de los soldados. Los dos juicios siguen el mismo esquema 1) interrogatorio; 2) sentencia condenatoria; 3) burlas. El único proceso (fomentado, eso sí, por los grandes sacerdotes) que llevó a Jesús a la cruz fue ante Pilatos, un proceso por lo tanto marcadamente político. Marcos, en una segunda redacción, introduce el proceso ante los grandes sacerdotes y el Sanedrín para resaltar la vertiente religiosa de la condena a Jesús. La particularidad es que en el juicio en el palacio del gran sacerdote son los mismos grandes sacerdotes y letrados quienes echan a Jesús escupitajos a la cara. Para suavizar el texto, Marcos añade que los guardas le daban bofetadas.

La segunda burla acontece en el patio del pretorio y es una parodia de entronización real . Los soldados visten a Jesús de púrpura. El color púrpura es un color real, por eso los soldados visten a Jesús de púrpura. La corona de espinas puede infligir daño, pero, realmente es una parodia de la corona redonda. Los emperadores romanos aparecían representados con una corona de laurel rodeando la cabeza. El saludo, "Salve, Rey de los Judíos!" es una burla basada en el saludo, "Salve, César!".  La caña con que pegan a Jesús es demasiado floja para infligir daño, pero se refiere al cetro de un rey. Pegarle a un rey con su propio cetro es utilizar un símbolo de su poder para mostrar su debilidad. Escupir sería una parodia de un besar de homenaje. Los soldados se arrodillan ante Jesús. El propósito de cada una de estas acciones es burlarse de Jesús por sus pretensiones de realeza. La ironía es clara: No quieres ser rey?, pues mira cuál es tu realeza.

Las burlas al pie de la cruz forman una terna donde intervienen diferentes actores: a) la gente que pasa por allí; b) lo grandes sacerdotes y maestros de la ley; c) uno de los condenados con Jesús. Por ser una estructura en forma de quiasmo, la burla más importante es la del medio, la que profieren los grandes sacerdotes y maestros de la ley. Ellos esperan una señal espectacular para creer y que Jesús siempre - igual que ahora - se ha negado a dar (Mc 8 11-12). Se repite la tentación del desierto (Mc 1,12-13), la tentación de abdicar de la misión que Dios le ha confiado. Los grandes sacerdotes se asemejan a los malvados del libro de la Sabiduría cuando dicen: “Si el justo es hijo de Dios, Dios se pondrá a su favor  y lo liberará de sus adversarios. Ultrajémosle y atormentémosle sin miramientos para ver si se mantiene sereno; comprobemos si soporta los males. Condenémosle a una muerte ignominiosa, porque, a juzgar por el que dice, Dios intervendrá a favor de él.» (Sv 2,18-20)

Los diferentes episodios de las burlas a Jesús tienen la finalidad de presentar a Jesús como el justo injustamente perseguido y acorralado, objeto de burlas y maltratos. Esta figura aparece frecuentemente en los salmos. El más emblemático el 22: “Todos quienes me ven se ríen de mí, hacen muecas, toman aires de mofa” (22,8), pero también en otros (37,12.14.32; 41,8; 54,5; 55,3b.4; 56,3.5; 59,4.7.8; 109,25). También aparece en el cuarto canto del siervo del Señor: “lo despreciábamos y lo teníamos por nada” (Is 53,3c), tradicionalmente considerado como prefiguración de los sufrimientos y muerte de Jesús.

Las burlas quieren hacer mofa de la realeza de Jesús; para quienes consideran la realeza de Jesús como una realidad histórica esta queda totalmente desvirtuada. Las burlas sirven para situar la realeza de Jesús en su verdadera dimensión. El reino de Jesús es el Reino de Dios, el que ha estado predicando toda su vida, el reino que es liberación y realización de la persona humana; el reino que con la muerte de Jesús toma un empujón decisivo para su realización y puesta en marcha.

Domingo de Ramos. 24 de Marzo de 2024

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