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El texto de Mateo en el que Pedro proclama que Jesús es el mesías (Mt 16,13-19) es un clásico, tanto por lo que atañe al perfil de la identidad de Jesús como el punto de inflexión que supone respecto la estructura global del Evangelio, porque, a partir de este momento, la mirada hacia Jerusalén, lugar de la muerte y resurrección de Jesús, es cada vez más intensa. Texto clásico también por cuanto se refiere a la fundamentación del liderazgo del obispo de Roma sobre la Iglesia. La relevante intervención de Pedro hace imprescindible su lectura en la festividad de San Pedro y San Pablo.
Por lo que hemos dicho de su singularidad, este texto ha sido comentado en muchísimas ocasiones, pero pocas veces se presta atención a las palabras que Jesús dirige a Pedro; podemos fijarnos en ellas. "Sobre esta piedra". La piedra que aporta solidez a una construcción es una imagen muy bíblica. El mismo Mateo de ella se vale cuando habla de la casa edificada sobre la roca (Mt 7,24 s). En el Antiguo Testamento la encontramos a menudo en los salmos: Dios es la piedra en la que el justo encuentra su apoyo (Sal 18,3), su seguridad (40,3) y su refugio (62,8; 94 , 22); es también la roca que salva (62,3.7; 89,27). El texto más interesante, sin embargo, lo encontramos en el profeta Isaías: "Pongo en Sión una piedra ... bien asentada, que sirva de fundamento" (28,16). En nuestro texto no es que Pedro sustituya Dios como fundamento, sino que Pedro, como la roca que se pone en Sión, debe servir de fundamento a la comunidad cristiana.
"Las puertas del reino de la muerte" son las puertas del Hades o el Sheol, el espacio inferior, habitáculo de los muertos. Las puertas impiden salir de la muerte y con esta función se erigen como un poder contrario a la vida. También en el Antiguo Testamento encontramos textos que de ello hablan: Jb 38,17. Dios es el que salva del poder de la muerte (Sal 9,14). La literatura apocalíptica se recreó en su descripción. Un texto tardío del siglo X dC, elaborado con materiales del siglo II y III dC., El Evangelio de Nicodemo, describe el triunfo de Jesús sobre las puertas de la muerte. La influencia llega hasta el arte, que recoge el tema que puede verse en el MNAC en una pintura de Bartolomé Bermejo (1440-1495) donde se ve a Jesús pisando las puertas de la muerte.
La llave también es símbolo de poder. Quien tenía una llave para abrir y cerrar las puertas de una ciudad amurallada evidentemente tenía el poder de decidir quién entraba y quién salía. Un texto del profeta Isaías ilustra bien el poder simbolizado por la llave. Eliaquim recibe la llave del palacio de David para decidir cuándo abrir y cuando cerrar (22,22).
Atar y desatar en judaísmo rabínico hace referencia a la capacidad de decidir sobre lo que está permitido y lo que no. Cuando el rabino principal preguntaba a los estudiantes de rabí si eran capaces de atar o desatar y la respuesta era afirmativa, recibían entonces la autoridad de decidir y juzgar según los criterios de la ley de Moisés. El rabino ataba o desataba de la obligación de cumplir un determinado precepto o del cumplimiento o no de una promesa hecha.
Mateo construye,pues, una respuesta a la intervención de Pedro muy elaborada, tejida con elementos provenientes de la simbólica universal (piedra,, llave, puerta) que se mezclan con incuestionables referencias bíblicas para definir la comunidad de Jesús como realidad bien fundamentada, de puertas abiertas a la vida y dotada de madurez para decidir lo que hay que hacer.
Festividad de San Pedro y San Pablo 29 de Junio ​​de 2014

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