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La carta a los filipenses que ha llegado a nosotros es de hecho la unión de dos cartas. Una conserva las palabras de agradecimiento de Pablo a la comunidad de Filipos, que ha colaborado materialmente al sostenimiento del apóstol (4,10-23). Otra carta muestra cual es la situación de Pablo en la cárcel y da consejos para la vida de la comunidad (1,1 a 4,9). Dentro de esta segunda carta se habría introducido un texto (prácticamente todo un capítulo) dirigido a los que son un estorbo para la comunidad, convirtiéndose en adversarios de la tarea de Pablo. Algunos autores consideran este texto no un añadido, sino una tercera carta con entidad propia, que se habría integrado en el todo que ha llegado hasta nosotros. El texto de la segunda lectura que leemos
(4,12-14.19-20)hoy corresponde a la carta de agradecimiento.
En el capítulo 9 de la 1ª carta a los corintios, Pablo elabora una larga defensa del derecho al sostenimiento de los predicadores, frente a los que ponían en cuestión este derecho. Seguramente era una asunto controvertido en los primeros tiempos de las comunidades cristianas. "Mi defensa contra los que me acusan es ésta: ¿No tenemos derecho a que nos mantengan? (1 Co 9,3s). En la 2a carta a los corintios, un escrito donde largamente hace una defensa de su apostolado, Pablo manifiesta con claridad el derecho al sostenimiento aunque, a veces haya renunciado, para no ser una carga a las comunidades. En los evangelios sinópticos también encontramos expresado este derecho. En las instrucciones a los doce que son enviados, Mateo pone en boca de Jesús: "El que trabaja bien se merece su sustento" (Mt 10,10). El libro de la doctrina de los doce apóstoles (Didakhé) también prevé que los misioneros ambulantes reciban socorro de la comunidad (12,2).
Pablo agradece a los filipenses la ayuda que le han dado, pero no lo hace recordando o esgrimiendo el derecho al sostenimiento como lo hace, tal como hemos visto, en otras cartas. Aquí les recuerda que es capaz de adaptarse porque ha vivido su ministerio en las situaciones más dispares. Buena prueba de lo que decimos es el texto de 2 Cor 11,24-28, larga lista de las penalidades que ha soportado el apóstol para poder llevar a cabo la tarea de anunciar a Jesús.
Las debilidades evidencian la debilidad, pero paradójicamente en la debilidad está la fuerza que encuentra Pablo para cumplir el encargo de esparcir el mensaje de Jesús. Este es un tema fuerte de la teología de Pablo. "Cuando soy más débil, entonces soy fuerte" dirá en 2 Co 12,10, reflexión con sintonía con desarrollo teológico expuesto en los dos primeros capítulos de 1 Co sobre la fuerza que tiene la debilidad de la cruz de Jesús. En nuestro texto, él dice a los filipenses "Me veo capaz de todo, gracias a aquel que me hace fuerte". Es decir, si en alguna ocasión se ha visto en dificultad para conseguir el sostenimiento necesario, a sufrir hambre tal como les dice a los filipenses, esto lo considera una debilidad que se junta a la larga lista de debilidades que la asocian a la cruz de Jesús y le dan la fuerza necesaria.
"Mi Dios satisfará todas vuestras necesidades" (v19). En la carta de recomendaciones a la comunidad Pablo dijo a los filipenses: "No os inquietéis por nada" (4,6). Esto implica depositar totalmente la confianza con Dios, el que engalana el lirios del campo y alimenta las aves porque sabe de que tenemos necesidad (Mt 6, 25-34). Pero de todo lo que Dios puede dar y proveer lo más valioso es la gloria en Jesucristo. Es el don más preciado, el único en definitiva que vale realmente la pena.

Domingo 28 durante el año 12 de Octubre de 2014

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