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Catalunya Religió
(CR) Barcelona acoge hasta el miércoles unas jornadas interreligiosas con representantes de la Península Ibérica y América Latina. El encuentro lo ha abierto este lunes la presidenta del Parlamento, Núria de Gispert, que ha defendido una cámara abierta al hecho religioso y a la dimensión espiritual del individuo.
Desde el respeto más "escrupuloso" a la libertad de conciencia, De Gispert ha defendido que en el Parlament haya espacio para "acoger las expresiones religiosas" y potenciar también el diálogo entre ellas.
"Si se dialoga en el ámbito político, ¿no se debe hacer lo mismo en el ámbito religioso? A través del diálogo uno puede entender al otro", ha afirmado De Gispert, en un acto en el Parlament al que han asistido representantes de los grupos de CiU y PP pero no del resto de partidos.
El encuentro lo impulsa el Grupo de Trabajo Estable entre Religiones (GETR) y su objetivo es aportar reflexiones de cara a la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno latinoamericanos que tendrá lugar este otoño en Cádiz.
Tanto en la Península como en América Latina, el panorama religioso ha cambiado en poco tiempo, debido a varios fenómenos, desde la secularización pasando por las consecuencias del fenómeno migratorio, y por el auge que en Latinoamérica están experimentando las iglesias carismáticas y pentecostales, a costa de la Iglesia Católica y en menor grado del protestantismo histórico.
En la sesión inaugural de la jornada en el Parlamento han intervenido el presidente del GETR, Mohammed Halhoul, el cardenal arzobispo de Guadalajara (México), Francisco Robles, el director de gabinete de la Secretaría General Iberoamericana, Fernando García Casas; el subdirector general de relaciones con las confesiones del Gobierno, José María Contreras, y el director general de asuntos religiosos de la Generalitat, Xavier Puigdollers.
El arzobispo de Barcelona, ​​Lluís Martínez Sistach, ha defendido que hay que huir de los fundamentalismos, pero también del "laicismo", y lamentó la actitud de aquellos que quieren apartar el hecho religioso de la sociedad.
Según Martínez Sistach, es necesario tener en cuenta las aportaciones de las diferentes tradiciones religiosas, y que, desde los poderes públicos, no se las puede apartar sino que se las debe tener en cuenta, sobre todo en tiempos de crisis de valores: "Una sociedad justa no es obra de las religiones, sino de la política, pero las religiones deben trabajar por la justicia y no se pueden quedar al margen ", ha asegurado.

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