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Catalunya Religió
(Jordi Llisterri/CR) Ha muerto un referente de una manera de entender la cultura, el trabajo, el compromiso con el país y el servicio desde las convicciones cristianas. Josep Maria Ainaud de Lasarte ha muerto este jueves a los 87 años. Nacido en 1925 en Barcelona, ​​su trayectoria es la suma entre el activismo político, social y cultural, la alta especialización histórica y la preocupación constante por la divulgación.
Durante la II Guerra Mundial fue informador de los aliados, a quienes pasaba información sobre la actividad en el puerto del Barcelona, ​​y se sumó a los primeros movimientos clandestinos de oposición al franquismo y de resistenciaa cultural. Ya en el Congreso Eucarístico Internacional de Barcelona de 1952 -en el que colaboró ​​con el servicio de prensa- estuvo implicado en la colocación de una gran bandera catalana en la falda de San Pedro Mártir. En la etapa democrática fue fundador y un miembro destacado de CDC, y una de las personas de máxima confianza del presidente Jordi Pujol. También mantenía una fluida relación con diversas personalidades eclesiásticas de Cataluña, entre ellas el cardenal Narcís Jubany, quien también le pidió su colaboración con la Fundación Joan Maragall.
"Sencillamente, tal como nos pide el evangelio. Que nos amemos unos a otros, que demos testimonio de Cristo con nuestra manera de ser, que apartemos las discusiones inútiles y los rencores. Procuremos que nuestras palabras y nuestras actitudes sean coherentes y comprensibles para todos". Así exponía Ainaud de Lasarte su fe en un número de la revista Foc Nou del año 1999. Este espíritu de concordia y colaboración con la sociedad es lo que marcó su aportación como cristiano comprometido con el mundo. El ideario que describía era: "que seamos más fieles al Evangelio que sumisos al Vaticano, que valoremos a todas las personas por igual, hombres y mujeres, más allá de las razas y las clases sociales. Pero, sobre todo, que nos encuentren siempre al lado de los que sufren por falta de salud, de libertad o de injusticia social ".
En los años 80 y 90 fue muy popular por su aparición como divulgador de la historia y de la cultura de Cataluña en diversos medios de comunicación. Nunca decía que no. Los últimos años, poco a poco, se había retirado de la vida pública por las limitaciones de su salud. Aunque había perdido la vista, seguía interesándose por la actualidad y se hacía leer libros, artículos y revistas que le interesaban. También mantuvo abiertas las puertas de su casa como había hecho durante muchos años: un piso en la calle Provença donde no quedaba un rincón sin un estante lleno de libros, incluso los dinteles de las puertas estaban aprovechados.

Hace pocos meses el Gobierno le otorgó la Medalla de Oro de la Generalitat, al mismo tiempo que a Antoni Maria Badia i Margarit, un filólogo eminente hecho de la misma pasta que Ainaud de Lasarte. Por deseo de la familia no se instalará capilla ardiente y en setiembre se prevé un homenaje público.

Aquí se puede ver la entrevista que le hicieron en el programa "Savis" de Televisió de Catalunya.

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