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Catalunya Religió
En el contexto del Adviento de 2012 y de la fuerte crisis que nos golpea, las Entidades Sociales de Iglesia de Cataluña abajo firmantes, queremos hacer esta modesta y esperanzadora declaración, desde la conciencia que hoy la pobreza tiene demasiado rostros y que es responsabilidad de toda la sociedad actuar para que esta situación cambie: las personas más vulnerables deberían ser el objetivo prioritario de las políticas públicas.
1. Ponemos rostro a la pobreza. Queremos mirar más allá de los números, más allá de las cifras, más allá de las estadísticas ... porque detrás de todo esto hay rostros, hay personas que sufren. Esta quiere ser una mirada implicada, un hablar que nace de compartir las heridas humanas concretas. Esta mirada y ese hablar nos mueven a:
- Seguir al lado de las personas más débiles denunciando las injusticias. Un compromiso firme para seguir ayudando, pero también para denunciar aquellas estructuras que generan sufrimiento. Un compromiso de apoyo integral a las personas, ya que, sea ​​cual sea nuestra acción, tenemos fe en la dignidad de toda persona humana y en su capacidad de ser protagonista de su propia vida
- Ser conscientes de que todos y todas podemos actuar, porque tenemos mucho que decir, porque podemos contribuir a cambiar las cosas, porque no podemos seguir viviendo de la misma manera en unos momentos en que la crisis afecta a tanta gente y tan profundamente. En el marco social actual, no sólo necesitamos una "ética de comportamiento" sino también una "espiritualidad", un hacer que nos salga de lo más profundo de las entrañas, donde nos descubrimos queridos.
- Ser por delante de tener. Hoy, más que nunca, estamos convencidos de que debemos priorizar el "ser" por delante del "tener", el "compartir" por delante del "poseer" y la austeridad de vida -personal y colectiva- al despilfarro.
- Dar voz a quienes no la tienen. Tenemos el humilde deseo de convertirse en voz de quienes no la tienen, de aquellos a quienes nadie escucha. Una voz crítica hacia el consumismo banal, la trivialidad del fraude y la corrupción. Nuestra palabra no quiere ser dogmática, sino fruto de lo que vivimos y lo que percibimos.
- Trabajar por y con las personas. No sólo queremos trabajar "por" las personas marginadas, sino también "con" ellas.
2. La realidad de pobreza que ha generado la crisis actual no puede quedar en segundo plano. La importancia del debate identitario y del debate social que está viviendo la sociedad catalana, fuertemente vinculados, no nos pueden hacer perder de vista nuestra prioridad: que las personas más débiles no se vean abocadas a un vivir indigno.
3. Trabajamos en red y a pie de calle. Nuestras entidades de iglesia quieren hablar y vivir "a pie de calle", codo a codo con las necesidades y carencias cotidianas de las personas y quieren trabajar en colaboración con otras entidades también implicadas en la misma tarea de ayudar a dignificar la vida humana. Búscar más lo que nos une que lo que nos separa es fundamental.
4. Creemos en lo que hacemos. Vivimos esta tarea con esperanza y creemos que es esperanzadora. No se trata de una esperanza ingenua, sino, más bien, de la esperanza propia del que es un "realista ilusionado", del que conserva la paciencia porque sabe que los ritmos del Reino de Dios son lentos, y las realizaciones humanas ambiguas; del que sabe que es mejor hacer" poco y bien hecho" que "mucho y de cualquier manera". Es la esperanza de quien sabe percibir los pequeños pero significativos gestos de solidaridad que ya se dan entre nosotros.
5. Predicar con el ejemplo, radicalidad evangélica. Esta tarea también nos lleva a desear una presencia social de la Iglesia más austera y pobre, en la que las personas en situación de pobreza se puedan encontrar bien en sus entidades, en sus instituciones, en sus comunidades, etc.
6. Hacemos una crítica constructiva a nuestros políticos. De ninguna manera queremos desprestigiar a los políticos pero sí espolear a los mismos. Con realismo pero sin consentir más recortes en cuestiones básicas.
Barcelona, ​​29 de Noviembre de 2012
Caritas de Cataluña, Centro de Promoción Social "Francesc Palau" (Carmelitas Misioneras), Delegación de Pastoral Social del Arzobispado de Barcelona, ​​Fundación Ared, Fundación Benallar, Fundación Carles Blanch, Fundación Comtal, Fundación Escó, Fundación La Salut Alta, Fundación La Viña, Fundación Migrastudium, Fundación Pere Tarrés, Fundación Salesiana María Auxiliadora, Fundación Verdallar, La Salle Cataluña, Hogar Santa Isabel (Siervas de la Pasión), "Lugar de la mujer" (Hermanas Oblatas), Maristas de Cataluña, Orden hospitalario de San Juan de Dios, Salesianos de Cataluña y Unión de Religiosos de Cataluña.

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