Dejando de lado el debate sobre la identidad del misterioso siervo de Yahvé, el comentario que este domingo -día del Bautismo del Señor- hace el teólogo Josep M. Solà en la primera lectura, repasa las referencias y conexiones que hay en la descripción del personaje con otros textos del Antiguo Testamento, a fin de situarlo entre las grandes figuras de la historia de Israel.
RETRATO DEL SIERVO
Este domingo, que se recuerda litúrgicamente el Bautismo de Jesús, se lee, en la primera lectura, un extenso fragmento del primer canto del Siervo de Yahvé (Is 42,1-4.6-7, el canto de los vv. 1-9 ). Dejando de lado el debate sobre la identidad del siervo, en el texto podemos encontrar los rasgos que definen la figura del siervo, entre los que destaca la elección y el llamamiento. Los otros hacen referencia a su dignidad mesiánica, el estilo de actuar y la misión, que tiene encomendada.
Hay muchísimas expresiones, que dejan claro que el personaje es un elegido especial de Dios: "de quien he tomado posesión", "mi amado en quien se ha complacido mi alma", "he puesto en él mi Espíritu" , "la he llamado con justicia", "te tomo por la mano", "te he configurado". El tema de la elección es omnipresente en el Antiguo y el Nuevo Testamento. El siervo es elegido como lo fue Abraham (Js 24,3). También lo fue Moisés (Sal 106,33). El canto liga siervo, elección y alianza como lo hace el salmo 89,4 al hablar de David: "He hecho alianza con mi elegido jurando a David mi siervo". En el libro del Deuteronomio encontramos que es Israel el escogido o elegido de Dios (7,6.7; 10,15; 14,2) y también Jerusalén puede ser la elegida de Dios (Sir 49,6). El tema de la elección es muy cercano al tema de la llamada: en el libro de Isaías se habla de la elección de Israel, a quien llama también siervo, y añade que Israel ha sido llamado de las regiones más lejanas (Is 41,8 s). Moisés es llamado desde la zarza (Ex 3,4) y desde el monte Sinaí (Ex 19,3).
El siervo es tomado por la mano. También esta expresión la encontramos en otros pasajes del Antiguo Testamento: el profeta Jeremías, hablando de la salida de Egipto dice: "los cogí de la mano para hacerlos salir de Egipto" (31,32), y Is 8,11 se dice que Dios toma por la mano al profeta.
Vale la pena observar la proximidad, que hay entre la expresión "he configurado" (algunas traducciones he formado ") y el texto del libro de Jeremías, que narra la vocación del profeta:" Antes formarte en las entrañas de la madre yo te conocía "(Jr 1,5). Todas las expresiones, que muestran la predilección de Dios por su siervo y que encuentran eco en otros textos del Antiguo Testamento, no hacen más que señalar que el siervo se inscribe en la galería de los personajes más relevante de la historia de Israel.
La dignidad real-mesiánica del Siervo se nota en el mismo título de siervo. Ya hemos visto cómo Dios llama David su siervo y en otros lugares es el mismo rey David quien se dirige a Dios como siervo (2 Sa 7,19.25.27.29). El sirviente recibe el Espíritu como recibió David en el momento de su consagración (1 Sa 16,13). Los vv.2-4 hacen pensar en la marcha o entrada triunfal de un rey en una ciudad. Esta descripción se inspira en los avances victoriosos de Ciro. La misión de llevar el derecho es también una función típicamente mesiánica.
Si la marcha triunfal está inspirada en las entradas de Ciro en las ciudades conquistadas, cabe destacar una notable diferencia con respecto al estilo. En los modos violentos y prepotentes de los reyes conquistadores, se contrapone el estilo humilde y pacífico del siervo, por eso no llama o no rompe la caña cascada o apaga la mecha que vacila, es decir, no termina de destruir lo que aún queda derecho después de una conquista devastadora.
El texto no dice explícitamente pero deja entender que la misión del siervo consiste en que los beneficios que, hasta antes del exilio, iban destinados a Israel, la implantación de la justicia, tan reivindicada por los profetas, la alianza y la liberación del exilio, vayan ahora destinados a todas las naciones. En el sirviente el campo de actuación se amplía y pasa a ser de nacional en universal, posiblemente porque el autor del texto piensa que ese Israel, oprimido por las naciones durante el exilio, se convertirá en el futuro en referente indiscutible de la salvación de Dios.
Festividad del Bautismo del Señor
8 de Enero de 2012
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