Piris se pregunta si la Iglesia debe desprenderse de bienes para destinarlos a acciones sociales

(Obispado de Lérida) El obispo de Lleida, Joan Piris, ha sugerido la posibilidad de que la Diócesis de Lérida pueda desprenderse de instalaciones que no se están usando para destinarlas a acciones caritativas y de asistencia social. El obispo ha hecho esta reflexión en el transcurso de su ponencia en tercer encuentro de la Red de Entidades de Acción Caritativa y Social, que se ha celebrado en el Colegio Maristas de Lleida, y en la que han participado un centenar de miembros de las 15 entidades de esta red.

Tras la ponencia del Obispo Juan, los asistentes se han reunido para dialogar en grupos y hacer posteriormente algunas preguntas al ponente.

El obispo Piris, que ha centrado su intervención en analizar la realidad a la que nos ha conducido la crisis, al valorar las posibilidades para salir de ella y en cómo actuar para conseguirlo, ha planteado una reflexión: a pesar de que la acción caritativa y social no es sólo de tipo económico, "los miembros de la Iglesia, sus entidades, sus comunidades (desde el nivel parroquial al diocesano) ¿no tendríamos que cuestionarnos también si puede ser mayor nuestro desprendimiento material y real de bienes propios, al menos de instalaciones infrautilizadas? ".

Antes de abordar este punto, el obispo Piris ha reconocido que la acción caritativa y social de la Iglesia no debe ser sólo de carácter económico y ha mostrado su admiración y agradecimiento por todo un "ejército de personas anónimas" que en la sencillez de su entorno están en silencio" a pie de obra ", cuidando al enfermo, acompañando el abandonado y acercándose al excluido.

Sin embargo, Piris no ha querido excluir la importancia de los recursos a la hora de llevar a cabo las acciones caritativas y, a pesar de haber propuesto a los miembros de la diócesis de Lleida de contribuir con el 0,7% dels ingresos a asuntos sociales y de pedir al Consejo Pastoral que estudie la puesta en marcha de iniciativas en este sentido, ha lanzado esta idea del desprendimiento material de bienes propios.

El obispo de Lleida ha centrado su ponencia en analizar las consecuencias de la grave crisis económica, que ha consolidado una nueva estructura social. Cada vez son más las personas y familias que han perdido la esperanza en su proyecto vital y cada vez hay menos recursos en el sistema público de asistencia para hacer frente a las necesidades que se generan.

Sin embargo, dijo que hay motivos esperanzadores para la toma de conciencia del colectivo ciudadano, que ha hecho una autocrítica sobre el estilo de vida y el derroche dels recursos, ha censurado la gestión de los responsables políticos y económicos y ha asumido cada vez más un compromiso donde la persona pasa a ocupar el centro de la actividad cívica, social y económica.

Tras este análisis, el obispo de Lleida ha sugerido actuar con imaginación ante esta problemática y lo ha hecho apelando a la caridad y la compasión del buen samaritano entendidas como compromiso social.

"La acción de la Iglesia debe ser una respuesta a la llamada que le hacen los mismos pobres", dijo el obispo Juan, y "al mismo tiempo," buscar a los más pobres, los más distantes, los más molestos, peligrosos y desagradecidos ... sobre todo cuando nadie los conozca o reconozca como tales y nadie se ocupe de ellos ".

También ha manifestado que el trabajo de la Red de Entidades de Acción Caritativa y Social de la Diócesis daba frutos tanto internos, con el fortalecimiento y conocimiento mutuo de la labor coordinada, como externos, con la buena relación con otras plataformas sociales.