Renovación Carismática, ACO, Iglesia Plural, San Egidio, Opus Dei y Capuchinos, juntos en una mesa redonda

(Capuchinos) Este sábado se celebró el Encuentro Fraterno de las comunidades capuchinas de Cataluña, un encuentro que se realiza cada año para disfrutar del reencuentro, reflexionar y fortalecer la red de relaciones que potencian la Formación de Laicos y la Pastoral en común.

Este año, bajo el lema de "Comunión y Diversidad" se pretendía hacer una experiencia de fraternidad y diálogo con grupos de Iglesia de signo diverso, teniendo en cuenta que no puede haber evangelización creíble si no hay comunión y unidad entres los católicos. Para articularelencuentro, se empezó por la mañana con una mesa redonda en la que participaron Ricardo Martínez de la Renovación Carismática, Josep Lligadas de ACO, Josep M. Vallejo de los Capuchinos, Ferran Blasi del Opus Dei, Joan Oñate de Iglesia Plural, y Jaume Castro de la Comunidad de San Egidio.

El diálogo fue muy fluido y cordial, resaltando todos los ponentes la oportunidad de este encuentro que muestra cómo es posible la unidad fraterna en la diversidad de carismas y opiniones. Las intervenciones giraban en torno a tres preguntas: "¿Cómo veo la sociedad actual", "¿Cómo se sitúa mi grupo respecto a la sociedad?", y "¿ Cómo veo la comunión entre grupos en la iglesia?".

Varios ponentes coincidieron en la necesidad de mirar nuestro mundo con simpatía, con empatía. Juan Oñate, de Església Plural, resaltaba la necesaria acción transformadora de los cristianos en su entorno, las órdenes religiosas como signos de esperanza y referentes de relaciones democráticas y de igualdad con los laicos, la importancia de las pequeñas comunidades interrelacionadas en red, el papel de la mujer y el necesario cambio en el trato hacia los divorciados y las personas homosexuales.

Jaume Castro, de la comunidad de San Egidio, decía que nuestra sociedad no favorece las realidades asociativas y comunitarias y aprecia poco el trabajo comunitario y gratuito. Los grupos de Iglesia somos bastante irrelevantes pero, en tanto que "expertos en humanidad", podemos ser minorías creativas, siempre que nos edificamos sobre principios espirituales: oración, evangelio y servicio a los pobres.

Ricard Martínez, de la Renovación Carismática, señalaba el relativismo y sincretismo de nuestro mundo y el cuestionamiento de la autoridad, y propugnaba desde su grupo la creación de pequeñas comunidades que como el "Pozo de Sicar", ofrezcan agua para saciar nuestra sed y expandan la experiencia renovadora del Espíritu Santo.

Josep Lligadas, militante de ACO (Acción Católica Obrera), decía que no sabemos cómo situarnos ante la sociedad y propugnaba la fraternidad como la mejor manera de ser feliz. Insistía en que el evangelio es Buena Noticia para los pobres y excluidos, y matizaba que el testimonio es necesario pero que si es explicado, mejor. Así mismo recordaba que más que por la bondad del producto hay que velar por la credibilidad del transmisor.

Mosén Ferran Blasi, sacerdote de la Prelatura de la Santa Cruz, resaltó algunas de las cosas dichas antes y recordó la conveniencia de releer y meditar los textos del Concilio Vaticano II, así como de cuidar los medios de comunicación. Resaltó también la significatividad de acontecimientos como las Jornadas Mundiales de la Juventud y el Atrio de los Gentiles.

Fray Josep Manuel Vallejo veía nuestros contemporáneos con miedo, mucha soledad, desorientados y sin sentido, con un gran deseo de ser escuchados y queridos y con un gran anhelo de espiritualidad. Recordó como fray Jacint Duran dice que Jesús tiene una mirada a la realidad diferente a la nuestra y como ante una multitud agobiada y desesperanzada dice: "la cosecha es abundante, envíe obreros a su mies". Según él la forma franciscana de acercarse al mundo es hacer una fraternidad donde se viva una vida de familia entre frailes y laicos, fraternidad orante, fraternidad de mesa donde todo el mundo es invitado y donde se acoge todo tipo de personas.

En conjunto, una experiencia exitosa de diálogo fraterno, en comunión, desde la diversidad y las opiniones contrastadas. Como decía Josep Lligadas: "Hablar con personas muy diferentes de las de mi grupo, me ayudan a relativizar, a contrastar y enriquecer mi mirada".

En el centro del encuentro, se celebró la Eucaristía en la cripta de Pompeya, presidida por el hermano provincial Gil Parès, con cantos y una ambientación muy cuidada. Junto al altar había un muro hecho de cajas de cartón con los nombres de los 12 apóstoles en la base y encima los de los participantes a modo de piedras vivas que forman el edificio de la Iglesia, coronado con la piedra angular que es el Señor Jesús.

Después de la comida, festiva como siempre, Jordi Llisterri, director de Catalunyareligio.cat, habló de su visión de la Iglesia catalana actual. A partir de unos gráficos nos mostró cómo, a pesar del descenso numérico, nuestra realidad no es diferente de la de Europa y, sobre todo no somos "la Holanda del sur". Por ejemplo, en la reciente encuesta sobre valores en Cataluña del Observatori de Valors de la Fundación Lluís Carulla, un tercio de los catalanes dicen pertenecer a alguna asociación, y entre ellos, las asociaciones religiosas (9%) están por encima de los sindicatos (5%) o de los partidos políticos (3%).

Insistió en la notable presencia de la Iglesia en la Enseñanza, en la Educación en el Tiempo Libre, en la Acción Social y en la Formación-Espiritualidad, siendo todavía uno de los pilares de la vida social. Con casi 7.000 centros de culto y unos 8.000 sacerdotes, religiosos y religiosas (a pleno tiempo), la Iglesia en Cataluña se puede equiparar a una "gran empresa" con un extensa presencia en el territorio. Mostró, en suma, que la Iglesia aún tiene muchas posibilidades y que hay que hacerlas rendir.

Al final de la tarde, los participantes en el encuentro se reunieron con los chicos y chicas del Esplai de Pompeya y el grupo Bufanúvols hizo bailar a todos danzas de todo el mundo y explicaron varios cuentos.