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Catalunya Religió

(Claretians) A la celebración de este miércoles de la festividad del padre Claret, este año se suma la celebración de la profesión perpetua de un nuevo joven catalán de 28 años. Joan Bové profesó como claretiano este sábado en el templo de San Antonio M. Claret en Vic.

¿Qué lleva hoy a un joven como él, en una sociedad donde la falta de vocaciones es un hecho cada vez más preocupante para las comunidades religiosas, a profesar? El joven claretiano comenta que el compromiso definitivo al seguimiento de Dios a través de la congregación claretiana ha sido un proceso que había experimentado en los últimos años, y que se había ido gestando en la cotidianidad. Para Bové, el reto y el estímulo es vivirlo diariamente. La entrega completa a Dios, tal y como él afirma, le ha dado una libertad total.

Para entender la vocación hay que experimentar el amor de Dios. Sin este amor primordial la profesión perpetua no tendría sentido. De la misma manera que decía San Antonio María Claret, el padre fundador de la congregación de los Misioneros Claretianos, «enamoraos de Cristo y del prójimo y haréis cosas más grandes». De esta manera, el sí definitivo, tal y como comenta Joan Bové, es una entrega generosa y querida a conciencia, donde las renuncias quedan superadas con creces por el amor de Dios.

Bové está plenamente convencido de que los jóvenes como él deben aprender a descubrir su camino, sea cual sea, y ser valientes, tal y como él lo ha sido, y darlo todo, sólo así podrán ser libres y felices con todo lo que van haciendo.

Desde muy pequeño siempre ha estado vinculado a la Congregación claretiana. A los tres años comenzó su formación en el Colegio Claret de Valls, donde concluyó los estudios antes de iniciar su etapa de formación en la universidad. Durante estos años de escuela participaba en la comunidad parroquial del Lledó, lo que le permitió seguir cultivando en profundidad su relación con los Misioneros Claretianos. La primera etapa de formación la realizó en Vic, continuando el noviciado en Granada y, finalmente, ha estado los últimos cinco años en Madrid estudiando teología.

163 años después de que el padre Claret fundara la Congregación en la capital de Osona, el joven Bové centrará su labor en compartir la vida y misión con la comunidad claretiana de Vic, donde está inmerso en el conocimiento y participación en el Casal Claret, además de continuar con su formación teológica y, también, en el ámbito de la comunicación, ya que este curso ha iniciado un postgrado en Comunicación Institucional y Religión en la Era digital en la Facultad de Comunicación Blanquerna de la Universidad Ramon Llull. Pero lo más importante, tal y como él menciona, no es lo que hace, sino cómo se convierte en testigo de la experiencia de Dios en el día a día.

La celebración de este sábado estuvo presidida por el padre Màxim Muñoz, Provincial de los Claretianos de Cataluña, y concelebrada por un buen número de sacerdotes venidos un poco de toda Cataluña y del resto de España. El pasado mes de octubre de 2011, Joan Bové renovó sus votos también en Vic, conjuntamente con tres jóvenes Misioneros Claretianos, Josep Codina Plana, Dionisius Paskalis Nandi y Yohana Benjitu Barreto, un catalán y dos indonesios, que profesaron, así como lo ha hecho Joan este sábado, sus votos perpetuos.

Este miércoles la comunidad claretiana celebra la festividad de su fundador con un encuentro abierto a todo el mundo en Barcelona.

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