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Catalunya Religió

(Carla Herrero Nebot / CR) Falta media hora para que comience la misa que el padre Lluís Bonet hace los domingos por la noche y la parroquia de la Sagrada Familia ya está llena a rebosar. Los bancos están ocupados y los últimos que llegan cogen sillas plegables y las colocan detrás. Algunos, incluso se quedan de pie. El ambiente es cálido, la gente espera con ilusión que llegue mosén Bonet.

En esta misa, en la cripta situada bajo el templo de Gaudí, hace años que un grupo de jóvenes, la mayoría latinoamericanos, animan la celebración con múltiples canciones. Como dicen, es una misa "un pedacito de allí y otros poquito de acá".

Segun ellos las misas de aquí son menos alegres que las des sus respectivos países (Venezuela, Colombia, Perú...). Y con sus canciones y sus ritmos han querido aportar un toque de allí a la misa de aquí. "Al principio a la gente le costó un poco acostumbrarse a una misa tan cantada, pero poco a poco hemos ido introduciendo música con más ritmo y ahora a la gente le gusta y participa mucho de los cantos", explica Carlos, uno de los músicos de este grupo. Otro joven, David, explica que al inicio que se formara el grupo tocaban con guitarras criollas y ahora, en cambio, ya tocan con batería y guitarra eléctrica. Además asegura que "quien canta reza dos veces".

Bonet tiene una forma de hacer especial, dulce, amable. Y natural, sobre todo natural. Como le sale. Y por eso la gente lo aprecia tanto. Y por eso ha sabido acoger la diversidad.

Ya hace años que en la parroquia de la Sagrada Familia asiste gente de todo el mundo. Se encuentran bastante inmigrantes. Y mosén Bonet tiene un detalle con todos ellos. Al principio de la misa llega a decir "el Señor sea con vosotros "en una veintena de idiomas. Para él la adaptación a un nuevo público no ha sido difícil y para la gente de la parroquia de toda la vida tampoco." Si tú dás una actitud de apertura como cura , la gente también. Yo siempre digo que el sacerdote debe amar a la gente y, si tú amas, la gente te corresponde ", explica mosén Bonet.

En esta misa del domingo por la noche se respira un ambiente especial. Se nota como la gente, venga de donde venga, quiere al padre. Y cuando termina, se forman largas colas para que Bonet los bendiga uno por uno.

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