El mayor peor que el pequeño Lc 15, 1-32 Intransigencia

En el evangelio de este domingo leemos la conocidísima parábola del hijo pródigo, texto que ha hecho correr ríos de tinta, lo que obliga a abandonar la pretensión de ser original sobre el que se diga sobre ella. La parábola, creación de Lucas, permite tener títulos diferent y estos muestran ya toda una intención interpretativa. Sí nos quedamos con "El hijo pródigo" acentuamos el aspecto de la conversión, el valor del arrepentimiento; sí la titulamos: la parábola del padre misericordioso queremos dar intensidad al perdón de Dios, a su generosidad, el desazón de Dios por la salvación de todos los hombres, si la titulamos, tal com recientemente se suele hacer, la parábola de los dos hermanos tenemos en cuenta el papel del hermano mayor, que tiene una importancia fundamental en la parábola.

La parábola es la última de una tría con la que Jesús responde al reproche de los fariseos y maestros de la ley cuando se quejan de que "este hombre acoge a los pecadores y come con ellos" (Lc 15,2). Las otras dos parábolas son las de la oveja perdida (15,3-7) y la dracma perdida (15, 8-10). Si en la del hijo pródigo le sacáramos la intervención del hermano mayor, nos quedaría una estructura idéntica a las dos par & agrave; bolas anteriores, pérdida, búsqueda y fiesta por el reencuentro. Pero en la tercera parábola parecería que Lucas ha introducido un agregado pero ha hecho uso de un recurso muy propio de él consistente en construir una unidad narrativa basada en la contraposición de dos personajes. Lo vemos en la infancia: Juan y Jesús (Lc 1-2), Marta y María (Lc 10,38-42), en el libro de los F eres: Pedro y Pablo, en este mismo libro Ananías y Zafira y Bernabé (Hch 4,36 a 5,11). Podemos estructurar la parábola en tres partes, fácilmente identificables por la seguida intervención de los tres personajes principales, el hijo menor, el padre y el hermano mayor.

ang = "CA" style = "font-size: 11.0pt; font-family: Verdana"> El hijo menor. A primera vista, hace que muchos hijos quieren hacer, independizarse del padre y vivir por su cuenta. Pero al romper con el padre incumple el precepto del decálogo que obliga a honrar el padre (Ex 20,12), además ha menospreciado los códigos del honor social al romper con el clan, que le da cobijo. Más grave aún tratar con los porcos, símbolo de paganismo y más grave aún quieren compartir el alimento (símbolo de comunión) con ellos. Es la imagen del Israel, que en el exilio ha entrado en contacto con el paganismo, ha hecho del todo impuro e indigno de pertenecer al pueblo santo del Señor.

El padre es la imagen del Dios misericordioso. Sale dos veces a buscar a los hijos para hacerlos entrar en la fiesta de la salvación. Si es necesario, corriente - cosa atípica en un amo poderoso-. Pero atención en un detalle: En sugirió que el padre es imagen de Dios, Lucas está diciendo que no es tan solos Jesús quien sienta los pecadores en la mesa, sino que es Dios mismo quien lo quiere y quien lo hace.

El hermano mayor no va más allá del perfecto cumplimiento de los mandatos por eso no se dirige & CNEDy, a al padre diciéndole padre y no reconoce el hermano como hermano. Suspira por hacer una fiesta con sus amigos porque no ha entendido cuáles son los motivos que pueden provocar una auténtica fiesta. Está celoso de hermano pequeño, que se ha "pateado" la herencia del padre, porque no ha entendido que la comunidad de vida con el padre hace que todo lo que tiene elpadre sea también suyo. Es la imagen del judío cumplidor con la Ley y con las prácticas religiosas judías, pero incapaz de admitir que hay una dimensión de la bondad de Dios que lo hace capaz de perdonar a aquel que no tiene mérito para obtener el perdón. La parábola va destinada sobre todo a aquellos que se asemejan al hermano mayor, los que s'escandalitzen que Jesús coma con pecadores, a los que pretenden dar lecciones a Dios sobre que hay que hacer con los pecadores.

Domingo 24 durante el año

15 dee Septiembre de 2013