Pasar al contenido principal
Por Marta Nin .
En
-Tengo que confesarte algo, no te sepa mal –le dice Eva a Dios en el paraíso-. Ya sé que me has creado y que me has dado este maravilloso jardín, y también la serpiente, pero es que no soy del todo feliz... Me siento muy sola, y además estoy harta de comer manzanas.
-Te entiendo –responde Dios-. Lo que puedo hacer es crear un hombre.
-¿Un hombre? ¿Y eso qué es? – pregunta Eva, intrigada.
-Pues, una criatura imperfecta. Muy simple. No te entenderá demasiado... Tendrás que ayudarle a mirar hacia adentro y más allá. Pero será más fuerte, más rápido y más práctico que tú, él también te ayudará. Seréis compañeros.
-Todo esto suena muy bien, pero, a ver, ¿dónde está la trampa? – pregunta Eva con escepticismo.
-Sólo hay una condición –le dice Dios-, y es que el hombre va a ser muy narcisista y, por lo tanto, deberás hacer que crea que lo creé antes a él. Acuérdate, Eva, será nuestro secreto... de mujer a mujer.
(Adaptación de una fuente desconocida)

Us ha agradat poder llegir aquest article? Si voleu que en fem més, podeu fer una petita aportació a través de Bizum al número

Donatiu Bizum

o veure altres maneres d'ajudar Catalunya Religió i poder desgravar el donatiu.