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El relato que presenta la predicación de Jesús en el lago de Genesaret, la pesca prodigiosa y la llamada a los primeros discípulos (Lc 5, 1-11) se lee en el evangelio de este domingo. Si se pone en relación con el relato de la llamada de Leví (5,27-32) y la llamada de los discípulos con la lista de los doce (6,12-16), nos damos cuenta que pertenece a un conjunto en el que Jesús aparece planificando un equipo de trabajo que considera necesario para sacar adelante su proyecto; éste incluye la voluntad de reconstrucción del nuevo Israel y el anuncio del reino de Dios.
En el capítulo anterior, Lucas ha descrito la predicación de Jesús en la sinagoga de Nazaret, que acabó mal porque los que estaban en la sinagoga lo querían tirar por el barranco de la montaña. Ahora Jesús ha escogido un nuevo escenario para su actividad, el lugar habitual de la enseñanza, la sinagoga, ha sido sustituido por el lago, espacio abierto en plena naturaleza libre de los condicionantes y de la normativa propia de la sinagoga. El lugar de la sinagoga desde donde se lee, la bimah, ha sido sustituido por la barca. Lucas califica la enseñanza de Jesús de palabra de Dios, lo hace en su evangelio (4 veces) y más aún en el libro de los Hechos (11 veces), hasta ahora palabra de Dios sólo lo era la Torá, la Ley y su primer nivel de concreción: la predicación de los profetas. Lucas da a entender que se ha producido un cambio y la enseñanza / palabra de Jesús ha pasado a ocupar un primerísimo plano.

La pesca prodigiosa precede a la llamada de los primeros discípulos. Si partimos de la enseñanza que Lucas quiere transmitir: la iniciativa del ser humano queda totalmente deslucida cuando resulta superada por la iniciativa de Dios, veremos como en el Antiguo Testamento encontramos situaciones que ponen de relieve esta misma enseñanza. Es el caso de Abraham que, al recibir de Dios la promesa de una gran descendencia y darse cuenta de la dificultad que representa la esterilidad de Sara para poder conseguir el objetivo, toma la iniciativa de asegurar la descendencia con un hijo que será engendrado por la esclava Agar. Cuando, con la visita de los tres personajes, Dios anuncia el nacimiento de Isaac, lo que parece imposible será realidad. Abraham hará caso de la iniciativa divina y Sara tendrá su hijo Isaac (Gn 12-21). De manera igual pasa con la realeza de Israel; los ancianos de Israel en representación del pueblo piden a Samuel un rey, Samuel accederá a regañadientes a los ruegos del pueblo, el reinado de Saúl será un fracaso, la iniciativa de Dios guiará a Samuel a ungir David rey; el reinado de David, resultado de la iniciativa de Dios será todo un éxito (1Sa 8-10). A Pedro le pasará lo mismo, toda una noche de esfuerzos que no servirán para nada, pero la iniciativa de Jesús hará que desaparezcan los obstáculos que parecían insalvables.

El plural usado en los versículos 5-7 evidencia que además de Pedro y Santiago y Juan mencionados en el versículo 10 hay otros discípulos. Posiblemente uno sea Andres, mencionado en el relato de Marcos (1,16-20) sobre el que se inspira Lucas. Detrás de cada nombre hay que reconocer los líderes de comunidades significativas de los primeros tiempos de la Iglesia. Lo cierto es que Lucas da preeminencia a la persona de Pedro. Lo hemos encontrado en casa su suegra cuando Jesús acude allí al salir de la sinagoga de Nazaret. La trayectoria de Pedro será larga dentro de la obra de Lucas, empieza aquí y lo veremos por última vez en la asamblea de Jerusalén (Hch 15,7). Pedro hará un largo proceso antes no se dé cuenta de que el proyecto de Jesús pasa por la cruz y que el mensaje de liberación predicado por Jesús es un mensaje no restringido al pueblo de Israel, sino abierto también a los paganos, es decir , a todos los pueblo de la tierra.

Domingo 5º durante el año 7 de Febrero de 2016

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