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Comentario a la primera lectura del 5.º domingo de Cuaresma. B

Los capítulos 1-29 del libro de Jeremías constituyen la primera etapa del plan redentor de Dios para Judá e Israel. En estos capítulos, Jeremías profetiza el castigo que Judá e Israel soportarán por sus pecados.

Los capítulos 30-33 constituyen la segunda etapa del plan redentor de Dios para Judá e Israel. Estos capítulos son conocidos como "El libro de la consolación". Prometen la restauración de Israel y Judá (capítulo 30), el retorno jubiloso de los exiliados y una nueva alianza (capítulo 31), la garantía del retorno del pueblo (capítulo 32), y la curación después del castigo y el establecimiento de una rama justa (capítulo 33). En la primera lectura de este domingo leemos el texto donde Dios anuncia una nueva alianza (Jr 31,31-34).

La idea de alianza está inspirada en los pactos de vasallaje que se hacían en la antigüedad. No eran pactos que se hacían entre personas o grupos que estuvieran en igualdad de condiciones, sino que solían ser pactos que el vencedor o dominador estipulaba con sus subordinados. Él imponía las condiciones y las cláusulas. A cambio del cumplimiento y la obediencia, el poderoso ofrecía protección, garantía de no ser atacados por enemigos vecinos, de no sufrir robos de las cosechas o las manadas. El señor a veces no cumplía con lo que estaba pactado y dejaba al sirviente en la estacada, raramente era el sirviente quien no cumplía el pacto porque no cumplirlo equivalía a quedar totalmente desamparado y fuera de la protección del señor.

El texto de hoy dice: “a pesar de que yo había cumplido mis compromisos como señor”. Dios pactó con los padres una alianza después de hacerlos salir de Egipto y aquella alianza ellos la rompieron. Jeremías quiere dejar constancia de que, fuera de lo era habitual, fue Israel y no Dios quien rompió el pacto. La realidad conduce hacia una situación nueva y esta será el establecimiento de una nueva alianza de características muy diferentes a la anterior.

“Pondré mi ley en su interior, y en su corazón la escribiré" (v. 33b). El primer pacto estaba escrito en tabletas de piedra y pergaminos. Esta vez el Señor escribirá la alianza en el corazón del pueblo. En el Antiguo Testamento el corazón designa el centro de la existencia humana en cuanto que es la sede de todo el sentir, pensar y amar; es el centro de la voluntad y, en consecuencia, el lugar de la toma de decisiones. Cuando Israel reciba escrita en su nuevo corazón la ley del Señor, esta pasará a formar parte de su ser. Será su brújula interna que le guiará en todas sus acciones.

“Entonces yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo”. Encontramos esta expresión en las bendiciones finales del libro del Levítico (26,12); también lo usa frecuentemente Jeremías (11,4; 24,7; 30,22; 31,1; 32,38) y la encontramos en el libro de Ezequiel (6,7;11,20). En la antigüedad era inconcebible una idea de dios genérica y teórica. Un dios estaba unido a un pueblo y cada pueblo tenía su dios. Normalmente una divinidad estaba vinculada a un lugar de culto. Fijémonos que cuando Dios se manifiesta a Moisés se presenta como el Dios de Abraham. de Isaac y de Jacob. Que era inconcebible la idea de un pueblo sin su dios lo vemos en la mofa de los enemigos de Israel: “Que no puedan decir los otros pueblos: Dónde está su Dios?” (Sl 115,2-3). A pesar de su pecado, Israel tendrá su Dios e Israel será su pueblo. Lo que hará la alianza en el corazón será fortalecer y afianzar intensamente esta relación.

La alianza hará posible el paso de la instrucción al conocimiento de Dios. El pueblo ya no dependerá de una élite religiosa para enseñar la ley, para interpretarla para aplicaciones específicas. Los intermediarios como Moisés, los sacerdotes, los profetas, los maestros, ya no serán necesarios para instruir a la gente. La instrucción se entiende aquí nocional y conceptual en cambio el conocimiento es comunicativo, vivencial y experimental. El conocimiento de que se habla brota del propio convencimiento interior. Si la piedra donde estaba escrita la antigua alianza simboliza dureza y frialdad, la alianza en el corazón significará una alianza basada en la tolerancia, en una relación cálida del ser humano con Dios.

Domingo 5.º de Cuaresma 17 de Marzo de 2024

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