Pasar al contenido principal
Por Oriol Domingo .
En

1. El Gobierno presiona a la Santa Sede para influir en el nombramiento del nuevo obispo de Barcelona. El objetivo es que sea nombrado un clérigo servil, o al menos afín, a su proyecto político. No importa nada que sea un obispo que responda a las necesidades y exigencias de la Iglesia en Barcelona y Catalunya.

2. Mariano Rajoy realiza estas presiones a través de la embajada española en la Santa Sede y de algunos ministros, como Jorge Fernández Díaz, exponente público del catolicismo español más conservador. Esta estrategia gubernamental cuenta con la complicidad del nuncio del Papa en Madrid y los cardenales Antonio María Rouco y Antonio Cañizares.

3. Rajoy, Fernández Díaz y compañía siguen la línea establecida por José María Aznar cuando era presidente. Este confiesa en sus memorias, "El compromiso del poder", las gestiones realizadas por su Gobierno ante el Vaticano para incidir en el nombramiento del sucesor del entonces cardenal arzobispo Ricard Maria Carles. Aquellas gestiones aznarianas fracasaron en aquella ocasión. Fue nombrado Lluís Martínez Sistach que no era el candidato de Aznar y de su Faes, fundación que tiene como secretario general a Javier Zarzalejos, hermano del españolista José Antonio Zarzalejos, cronista político en "La Vanguardia".

4. Las gestiones gubernamentales de este tipo obedecen al nacional catolicismo, superado por la Iglesia del concilio Vatican II. Este esquema político y eclesiástico consta de dos elementos. El poder político utiliza la Iglesia, sobre todo la jerarquía, para ponerla al servicio del proyecto político del Gobierno. Y la jerarquía eclesiástica utiliza el poder político para imponer su doctrina a la sociedad.

5. Un chantaje es posible. El Gobierno podría pedir a la jerarquía eclesiástica el nombramiento de un obispo en Barcelona de su línea y, a cambio, el Gobierno podría ceder, por ejemplo, a la demanda de un sector del episcopado para que el asignatura de la religión tenga más presencia en la reforma educativa. Los obispos deben rechazar este chantaje. Saben que el nacional catolicisme es radicalmente antievangélico, anticristiano, antieclesial, anticonciliar y antidemocrático

Us ha agradat poder llegir aquest article? Si voleu que en fem més, podeu fer una petita aportació a través de Bizum al número

Donatiu Bizum

o veure altres maneres d'ajudar Catalunya Religió i poder desgravar el donatiu.