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Comentario a la segunda lectura del domingo 13 durante el año. A

Estamos leyendo en las segundas lecturas de estos domingo fragmentos de la carta de Pablo a los Romanos. Este domingo corresponde leer unos versículos del capítulo sexto, (Rm 6,3-4.8-11) en ellos Pablo habla del bautismo como un acontecimiento de primer orden en la vida del cristiano.

Pablo habla del bautismo para contradecir el argumento de sus adversarios expuesto en los primeros versículos (1-2) del capítulo: todos los hombres son pecadores y solo Cristo ha destruido el dominio del pecado gracias no a la obediencia a la Ley mosaica sino en virtud de la gracia concedida por Dios. Ante esto el ser humano tiene que pecar tanto como pueda porque a más pecado más gracia. Pablo mostrará que una vez recibido el bautismo el ser humano ya no peca más porque gracias al bautismo el pecado ha muerto en él.

El bautismo no es una invención del cristianismo. Es un ritual muy presente en la historia de las religiones y el judaísmo no fue ajeno a este fenómeno. En el Antiguo Testamento encontramos el conocido episodio de la curación de Naaman de su lepra; el general de los arameos, a instancia del profeta Eliseo. se baña en el río Jordán e inmediatamente desaparece su lepra (2Re 5,1-27). También en casos de impureza ritual se imponen baños de purificación que capacitan para el culto ( Nm 19,2-10; Dt 23,10s). Los baños rituales eran frecuentes entre los esenios. También los rabinos bautizaban a los paganos que querían formar parte de Israel, el pueblo de Dios; algunos de ellos consideraban este bautismo tan importante como la circuncisión. El modelo de bautismo que por fuerza tenía que impactar más en las primeras comunidades cristianas fue el bautismo de Juan; algunos discípulos de Juan fueron después discípulos de Jesús y, según informa el evangelio de Juan ( Jn 3,26), fue el mismo Jesús quien practicó este ritual. Si Jesús bautizó no es extraño que las primeras comunidades cristianas siguieran su maestro practicando este ritual. De ser un simple ritual de purificación el bautismo pasa a tener un significado más profundo y el texto de Pablo que leemos hoy nos ayuda a entrar en este significado.

El Bautismo marca un antes y un después en la vida del creyente que ha aceptado por la fe la adhesión a Jesús. Opera una transformación radical de la persona que Pablo entiende de forma irreversible. Así como en los rituales de tránsito en los cuales se inspira el bautismo cristiano, el estado que se abandona es irrecuperable y el estado que se adquiere es definitivo, en el bautismo cristiano es imposible volver al estado anterior, es decir, al estado de pecado.

Pablo entiende que hay una muerte biológica y una muerte a causa del pecado. A pesar de que la muerte biológica entró en la historia humana por culpa del pecado de Adam (Rm 5,12), lo que interesa a Pablo es la muerte causada por el pecado. El pecado, tal como lo entiende aquí, no es la transgresión a una norma establecida, sino el rechazo de Dios. Pablo lo describe muy bien a comienzos de la carta refiriéndose a los paganos: “ a pesar de conocer a Dios, no lo han glorificado ... han intercambiado la verdad de Dios por la mentira ... han rehusado de reconocer a Dios” (1,21.25.28). Sin Dios la única salida posible es la muerte.

La muerte de Jesús suprime el nexo existente entre pecado y muerte. La muerte de Jesús es auténticamente liberadora del pecado. Dado que la muerte de Jesús va inexorablemente unida a la resurrección, el ser humano que se une a la muerte de Jesús queda unido también a su resurrección, es decir, en la vida de Dios y en consecuencia liberado del pecado.

También Pablo distingue la vida biológica de la vida auténtica. La vida de resucitado conseguida con el bautismo no se pierde nunca. La vida de Dios implica la ruptura con la vida anterior dominada por el pecado. El bautizado es una nueva persona capaz de ponerse al servicio de la transformación de este mundo y hacerlo conforme al proyecto liberador de Dios. Tiene que poner todas sus calidades y capacidades al servicio de la construcción del Reino de Dios y esto es posible cuando se está no bajo el dominio del pecado sino bajo el dominio de la gracia.

Domingo 13.º durante el año. 2 de Julio 2023.

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