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Vale, hace mucho tiempo que no escribía cosas por aquí pero la vida no me da para mucho más, ya me entenderán. Aun así me gusta dejar cosas apuntadas a modo de bloc de notas (si es que todavía existe gente que vaya con un blog apuntando cosas!). Hoy quiero hablar del tema del próximo CIARC (Congreso Internacional de Arquitectura Religiosa Contemporánea), que tendrá lugar el próximo mes de noviembre en Tenerife y que lleva como título de reflexión “El comitente”, es decir, reflexionar sobre quién hace encargo y su influencia en el edificio sacro. Por favor, lean la presentación en su sitio web porque es muy interesante.

Alguien puede pensar que qué tiene que ver quién es quien hace un encargo de espacio sacro con una iglesia si, al fin y al cabo, el programa litúrgico es siempre el mismo. Pues sí, tiene mucha importancia y sólo quiero dejar anotados dos ejemplos actuales: la propuesta del Vaticano por la Bienal de Venecia y la "reconversión hotelera" del convento de La Tourette de Le Corbusier.

El primer caso ha sido ampliamente tratado en Catalunya Cristiana, en su artículo “El Vaticano provoca en la Bienal de Venecia plantando un huerto benedictino”, del corresponsal en Roma, Rodrigo Moreno Quicios. Ya en su momento el Vaticano hizo una propuesta muy interesante invitando a diferentes arquitectos a realizar espacios de oración en una isla veneciana y, ahora, hace una apuesta ecosocial totalmente alineada con la encíclica de la Laudato Si’. Son muy significativas las palabras del cardenal José Tolentino, prefecto por el Dicasterio para la Cultura y la Educación, sobre el evento relacionándolo con los diez años de pontificado del papa Francisco: «La coincidencia de estos dos acontecimientos abre la posibilidad de un encuentro que consideramos importante: considerar cómo algunas de las líneas principales de este pontificado pueden ser claves de un diálogo con la arquitectura contemporánea y converger en una visión que asuma el riesgo de pensar en un futuro diferente». El comitente, en este caso, es quien abre la posibilidad a una esperanza basada en el diálogo a través de una intervención muy "al límite" de lo que podría considerarse como arquitectura sacra contemporánea.

El segundo caso nos lleva a la reflexión de cómo el comitente puede modificar (que no suplir) la finalidad por la que fue hecho un edificio sacro moderno y, más concretamente, uno de los principales referentes de la arquitectura sacra contemporánea, tal y como mostraba El País hace unos días: "La Tourette, dormir en una obra de luz de Le Corbusier", por Use Lahoz. En este caso, el patrimonio sacro se abre a ser una experiencia espiritual, jugar a ser dominico por un día y poder dormir en una de las celdas de este complejo que se preveía de formación para la orden religiosa. Una experiencia con todo el cuerpo y el alma: «La iglesia es un mundo aparte. Vale la pena dedicarle tiempo y, si es posible, una misa. A las doce de la mañana, cuando las tonalidades de la luz encienden un espacio único, se entiende la humanidad del arquitecto que sabía que la luminosidad simbolizaba la fe, pero que también puede hacerse funcional». Aquí, el comitente hace una nueva relectura de la arquitectura sacra contemporánea a modo pedagógico y divulgativo. ¡Muy interesante!

Aún podríamos seguir estirando el hilo, por ejemplo, reflexionando sobre la ingente actividad socio-edu-pastoral que está desarrollando la Basílica de la Sagrada Familia todavía, como tantos sitios web, "en construcción". Veamos algunas noticias:

La Sagrada Familia ha sido el escenario del concierto de la Berliner Philharmoniker

Se celebra en la Sagrada Familia la Jornada del Apostolado Seglar de Cataluña, presidida por Mons. Sergi Gordo, Obispo Auxiliar de Barcelona

La Sagrada Familia presenta las propuestas pedagógicas a la Confederació Cristiana d’Associacions de Pares i Mares d’Alumnes de Catalunya

De entrada hay que felicitar a Marta Otzet - Directora de cultura, acción social y educativa de la Sagrada Familia - por todas estas iniciativas, pero también a la Junta Constructora para hacer ver que el patrimonio sacro está vivo y está, como leíamos en el 'Evangelio del pasado domingo, para dar vida (cultural, social y educativa) a desdir (Jn 10, 11-18). Quizás en Barcelona no tenemos, desgraciadamente, un centro cultural como el Collège des Bernardins de París... ¡pero tenemos la Sagrada Familia!. Valga esta reflexión para todos aquellos que tienen cargos de responsabilidad en la gestión y creación de patrimonio sacro en Cataluña.

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