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Leemos en el evangelio de hoy un texto (Mt 4,12-23) que da noticia del inicio de la predicación de Jesús en Galilea y la llamada de los primeros discípulos. "Galilea de los gentiles" parece un adelanto a la proclamación del final del evangelio: "Id a todos los pueblos y haced discípulos míos" (28,19). Esta universalidad choca con textos que limitan el ofrecimiento de salvación al pueblo de Israel: "Únicamente he venido a salvar a las ovejas perdidas de la casa de Israel" dirá Jesús a la mujer cananea (15,24). Parece que en el evangelio de Mateo haya una contradicción: la salvación a quien va dirigida, a Israel o los paganos? Fijémonos pero que Israel no responde, como Jesús espera, al ofrecimiento de salvación: "Ay de vosotros que cerrais a la gente la entrada Reino del cielo. Vosotros no entráis ni permitís que entren los que sí quisieran entrar"(23,13).

Jesús reprocha el endurecimiento de Israel con palabras del profeta Isaías: "Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí" (13,8). El momento álgido del rechazo lo encontramos en el juicio ante Pilato, cuando el pueblo asume la responsabilidad de la muerte de Jesús: "Que su sangre caiga sobre nosotros" (27,25). A partir del endurecimiento de Israel se abre camino del ofrecimiento de la salvación a los paganos. "El Reino se os quitará y se dará a un pueblo que rinda sus frutos" (21,43). La fe de los paganos aparece como una alternativa al endurecimiento de Israel, pero de una forma que Israel no queda anulado, sino que queda integrado en un proyecto más amplio que abarca el conjunto de pueblos de la tierra.

"Galilea de los paganos" premonición de una apertura que terminará con el ofrecimiento de salvación más allá de los límites geográficos y religiosos de Israel. Mirada hacia los paganos con una cita de las escrituras hebreas. Si prescindimos de los relatos de la infancia y de las escenas del bautismo y las tentaciones, el texto que comentamos resulta ser el inicio del evangelio de Mateo. Así pues, el evangelista comienza y termina con una referencia a la misión a los paganos y lo hace con este espíritu integrador que habla de los paganos con una cita de la escritura hebrea.

La presencia de esta escritura en el evangelio de Mateo es muy intensa. Hay referencias indirectas y otras introducidas por fórmulas indicativas: "Así lo ha escrito el profeta" (2,5); "Anunciado por el profeta (2,15), o la del texto de hoy" para que se cumpliese lo dicho por el profeta Isaías "(4,14). La distribución en el evangelio es desigual, pero la presencia es más abundante en los relatos de la infancia (2-3). La cita que nos ocupa, basada en un texto de Isaías (8,23 a 9,1), no coincide ni con el texto hebreo, ni con la traducción griega, ni con los Targum. ¿Qué fuentes utiliza, pues, Mateo para hacer sus consultas?. Hay quien dice que Mateo elaboró ​​un texto del Antiguo Testamento propio. Otros proponen que dispondría de una especie de antología de citas, como un florilegio, pero lo más sensato es pensar en la presencia de escribas y letrados en la comunidad de Mateo que le proporcionarían un buen conocimiento de la escritura hebrea. Mateo se valió de ello, al tiempo que acogió con gran respeto la tradición interpretativa la escritura referente a Jesús, presente ya en el primitivo evangelio de Marcos.

¿Qué intención movió Mateo a hacer todo esto? La comunidad de Mateo se había separado y roto con la sinagoga, pero, ¿qué debía hacer con aquella escritura que tan bien conocía?. A partir de ahí surgirá un trabajo, un esfuerzo y una reflexión que conducirá a reinterpretar la escritura judía a la luz de la persona de Jesús, su hacer y su predicación. En él se cumple lo que está dicho y proclamado. El plan de Dios, diseñado en el Antiguo Testamento, llega Jesús a su perfecto cumplimiento.

Domingo 3º durante el año. 22 de Enero de 2017.

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